Vitoria - Hace unos meses regresó a su Gasteiz natal para ofrecer un curso estival en el Taller de Artes Escénicas (TAE). Llegaba desde Madrid, donde parecía que por el momento había establecido su lugar de acción tras más de un lustro de trabajo y residencia en Londres. Pero los escenarios de la capital inglesa han vuelto a reclamar a la directora, dramaturga y actriz gasteiztarra Sandra Maturana. “No tenía idea de regresar pero ésta era una oportunidad que no podía dejar pasar”, reconoce la creadora alavesa. ¿La culpa? El musical Matilda de la Royal Shakespeare Company.
Hace cinco años, los caminos del grupo y la artista vitoriana se cruzaron por primera vez cuando Maturana trabajó como ayudante de dirección en Stratford upon Avon. “Fue algo increíble formar parte de una compañía así”. El pasado verano, la Royal volvió a llamar y “me sentí muy agradecida por la confianza que han depositado en mí y por la posibilidad que me dan de seguir aprendiendo con ellos y de crecer como profesional”. En este caso, la oferta pasaba por ser nombrada directora residente del musical, que ya han visto más de 6,5 millones de espectadores y que desde 2011 se puede disfrutarse en el Cambridge Theatre de Covent Garden.
Al montaje, escrito por Dennis Kelly sobre la base del libro de Roald Dalh y que cuenta con música de Tim Minchin y coreografía de Peter Darling, le da vida un reparto de 49 intérpretes, 29 adultos y 20 menores, una plantilla que en buena medida se acaba de cambiar, un delicado proceso que ha estado en manos de Maturana.
“Aparte de la labor de trabajar con los actores, al entrar en un show de esta magnitud mis primeros meses han involucrado mucho estudio, análisis de escenas, y aprenderme todo el funcionamiento de la obra para así tomar el relevo. Trabajar en un musical de este calibre significa resolver muchos problemas, tomar decisiones muy rápidas, colaborar con los departamentos y ser la persona que habla con todos y que ayuda a que todo fluya comunicando cualquier eventualidad a la persona correspondiente y tomando decisiones para el correcto funcionamiento de la obra”, describe la gasteiztarra, quien apunta que “esta experiencia es un paso muy grande para mí como directora ya que conlleva la responsabilidad de mantener el estándar de un musical muy prestigioso y la calidad que siempre aporta la Royal Shakespeare Company en sus trabajos. Aparte de esto, el director residente es el nexo de unión en el teatro, con lo cual estoy aprendiendo muchísimo acerca de llevar una obra en un teatro de esta magnitud, de labores de organización, comunicación y resolución de problemas”.
Al fin y al cabo, esta producción de Matilda ha ganado desde su estreno por la compañía inglesa un total de 85 premios internaciones, entre ellos 16 galardones como mejor musical y 7 Olivier en el año 2012. Debido a su éxito, ya que el teatro con capacidad para 1.231 personas está casi siempre al completo, se ha llevado también a Broadway y Australia, a lo que hay que sumar que en breve comienza también un tour por el Reino Unido. Nuevas oportunidades para dejarse atrapar por el mundo de una niña apasionada por la lectura que está dispuesta a cambiar el rumbo de su propia historia.