bilbao - “Tenía que cambiar, salir de la zona de confort”, explica Jabier Muguruza sobre Leiho bat zabalik (Mara Mara), su décimo quinto disco, en el que ha buscado “un sonido más duro y áspero” pero sin renegar de su tempo tranquilo, las letras intimistas de amigos poetas y sus elegantes melodías. El músico guipuzcoano se ha dejado “llevar por la intuición” al rodearse de guitarras eléctricas y electrónica por primera vez.
“El cambio es claro y notable, y no ha sido fácil salir, como dice Gari, de la zona de confort”, explicó ayer el mayor de los Muguruza al presentar su disco nuevo, auto-editado en el sello que creó para sus proyectos musicales infantiles. “Resistencia, el sello de Madrid con el que trabajaba desde hace 10 años, cerró, y a mi edad no me apetecía tocar puertas. Al final, sale por mi cuenta tras atar bien la distribución estatal”, explicó.
Aunque Muguruza estaba satisfecho con el sonido de su anterior disco, Tonetti anaiak, con piano, guitarra acústica y cercano a la sonoridad del jazz, sintió que “tenía que cambiar”, confesó ayer, una decisión que se fue conformando “poco a poco” y que el músico no supo explicar con claridad. “Me he dejado llevar por la intuición, que es muy importante para la música; y para la vida también”, aclaró.
Sin dejar de lado su tono confesional e intimista en ritmos, voces y letras, Muguruza entrega un disco con “otro paisaje sonoro, más duro y áspero” porque sintió que debía “sonar menos amable”, indicó. Y para lograrlo fichó al ex-miembro de Napoka Iria, Ander Mujika, que se encarga de las guitarras eléctricas, y al productor Javi Carasueño, responsable de un sorprendente uso de sintetizadores y programaciones electrónicas.
El álbum, que toma el título (una ventana abierta) de una canción y trata de comunicar un mensaje “ilusionante” para “mantener las ganas en un tiempo tan amargo como el actual en el que se está desvalorizando la cultura”, cuenta con los apoyos vocales de Mireia Otzerinjauregi y la invitada Miren Iza (Tulsa), y se grabó en dos fases: las voces y guitarras en el estudio Atala de Bera, con Iñigo Irazoki; y la segunda, centrada en la electrónica y las mezclas, en el estudio de Carasueño, en Zaragoza y “a 38 grados a la sombra”.
mucho curro“Hay mucho curro detrás de este disco, unos ocho meses. Es casi un embarazo desde que empecé a componer y luego a vestir las canciones con Ander”, indicó Muguruza, responsable de todas las músicas del álbum pero que, curiosamente, no incluye ninguna letra, al contrario de lo que viene siendo habitual.
“Es que hay gente muy buena en mi entorno y en mi sintonía”, justificó. “A algunos les doy un enfoque sobre la letra, y a otros no; y luego está Iñaki Irazu, cuyos textos son un gustazo pero escribe lo que le sale de la nariz”, explicó Muguruza entre risas. En esta ocasió, canta letras de habituales como el citado Irazu, Gerardo Markuleta, Lourdes Oñederra, Jose Luis Padrón, Harkaitz Cano, los recuperados Iban Zaldua y Angel Erro, y el debutante Iñigo Astiz.
directos Jabier empezará a defender en directo Leiho bat zabalik en “apenas dos semanas”, en Donostia. Actuará el 10 de noviembre en Lugaritz Kultur Etxea, para desembarcar después en Plateruena An-tzokia, durante la celebración de la Azoka de Durango y antes de actuar en el Kafe Antzoki de Bilbao, el 18 de enero. Después, pasará por Barcelona, Elgoibar...
Muguruza se acompañará en directo de las guitarras de Ander Mujika. “Será en formato de dúo por motivos logísticos, ya que Carasueño está muy liado. Trataremos de trasladar la sonoridad del disco con las guitarras y, en el caso de la electrónica, la disparará Javier”, según Ander. “Estoy sufriendo con la electrónica”, reconocio Muguruza. “A ver si acierto”, prosiguió. La canciones antiguas también se adaptarán al formato actual. “Las texturas serán sencillas”, indicó.