Vitoria - La tradicional plaza de Correos, ahora conocida como de los Celedones de oro, volvió ayer a mutar su aspecto en el corazón de la capital alavesa para dar cabida en su amplio foro a las casetas que conforman una de las ferias literarias más querida por estos lares. Libros con empaque, ejemplares que brillaron antaño y que brillan en la actualidad por su actualidad y formato, dispuestos para la ocasión y para el lector más especial y exigente. Los stands y los libreros protagonistas de la XXXI edición de la Feria del Libro de Saldo y Ocasión ya ocupan su espacio para ofertar literatura, ensayo y conocimientos a un precio fuera de lo normal. La iniciativa permanecerá abierta en su actual ubicación hasta el 8 de octubre, con un total de 17 tenderetes. Todo ello ha sido organizado por la Cámara del Libro de Euskadi con apoyo del Ayuntamiento de la ciudad.

En el acto de apertura estuvieron presentes responsables de la concejalía de Cultura, Educación y Deportes, y Asier Muniategi, coordinador de las Ferias del Libro de Euskadi. Desde el área municipal de Cultura se explicaba que “desde el departamento apoyamos y colaboramos con todos los eventos que se enmarcan en el fomento de la lectura. Atendiendo además a los datos registrados, podemos afirmar que la misma, es una afición bien arraigada en la ciudad, con casi 93.000 socios y más de 200.000 préstamos de libros, fruto probablemente, del arraigo que también tiene una feria que cumple 30 años”.

La Feria del Libro de Saldo y Ocasión permite acceder a libros nuevos que por no poder mantenerse en el catálogo de novedades se ofrecen a precios muy asequibles. En ella, se puede encontrar literatura para adultos, literatura infantil y juvenil, libros de gastronomía, pintura, arte, historia así como discografía vasca.

Ayer, sobre las estanterías de la plaza se podía encontrar prosa de altura, ejemplares que hasta hace no demasiado tiempo ocupaban los puestos más elevados en las pirámides de best sellers de las librerías, a precios bajos. Irrisorios, incluso. Resulta casi imposible acercarse en estos días a los stands y no llevarse al menos un volumen a casa. Los nombres de los autores que encabezan las portadas son de sobra conocidos, pero los precios constituyen una auténtica sorpresa. Uno, tres o seis euros a cambio de un sinfín de aventuras, emociones y pedazos de historia, representa un buen trato, se mire por donde se mire. Los libreros lo saben y los gasteiztarras también. Por eso los primeros repiten, año tras año, cita en la capital alavesa y los segundos responden reforzando con calidad el contenido de sus estanterías.