- Tras el éxito de Loreak (2014), Jon Garaño y Aitor Arregi han apostado por una historia completamente distinta en Handia. En su nuevo largometraje, que estrenarán en el Zinemaldi de Donostia, narran la vida del guipuzcoano Miguel Joaquín Eleizegui Arteaga, más conocido como el gigante de Altzo, un personaje real del siglo XIX que se exhibió por media Europa siendo recibido, entre otros, por la reina Isabel II de España.

Después del éxito de ‘Loreak’, ¿qué expectativas tienen con ‘Handia’?

-Jon Garaño: Son películas diferentes. Ambas arrancan en el mismo punto: Handia, como Loreak, se presentará en el Zinemaldi. A partir de ahí el camino que haga cada una puede ser muy distinto. Loreak salió muy fortalecida del Festival ya que, aunque no ganó ningún premio, la crítica habló muy bien de ella. Cogió fuerza y fue creciendo: llegó la nominación a los Goya y la candidatura a los Oscar, a lo que después se sumó su recorrido por otros festivales. Hizo un camino bonito y nos gustaría repetir con Handia, pero sabemos que es una película diferente.

‘Handia’ es un filme ambientado en el siglo XIX, ¿qué esfuerzo les ha supuesto ese contexto?

-Aitor Arregi: El esfuerzo de recrear el siglo XIX con un gigante ha sido un reto muy importante. Por una parte, no teníamos experiencia en este tema y al principio nos costó. Por otro lado, es una película que hace un balance de lo íntimo y lo épico, ya que narra la historia de dos hermanos dentro de un contexto grande y lleno de viajes. La creación de un mundo que ya no existe es un desafío, puesto que aunque tiene un punto de cuento es una historia realista. Lo hemos hecho a sabiendas de que rompíamos con lo anterior, y uno de los alicientes de este largometraje era abrir una puerta a algo que no habíamos explorado.

¿Por qué les atrajo la historia del gigante de Altzo?

-J. G.: Todo empezó en una excursión que hicimos al museo de San Telmo, donde hay pertenencias del gigante: zapatos enormes, su silla, un sombrero e incluso un grabado de la época. Cuando comencé a dedicarme al cine traté de convencer a mis socios para hacer un largometraje sobre él. Por casualidad, un guionista, Andoni de Carlos, también tenía la idea de hacer una película sobre el gigante de Altzo. La idea de Andoni era hacer un filme de animación, algo totalmente distinto a lo que queríamos hacer nosotros, pero compartíamos el mismo espíritu y personaje. Andoni escribió una primera versión del guion y, más tarde, nos unimos Aitor, José Mari Goenaga y yo.

¿‘Loreak’ les dio un empujón para realizar ‘Handia’?

-J. G.: Si no hubiese sido por Loreak, que nos abrió muchas puertas, no podríamos haber hecho Handia. Los premios fueron importantes, pero tan valioso como los galardones es que ese éxito te proporciona otra oportunidad. Sin Loreak no hubiese llegado un proyecto tan ambicioso.

¿Cómo fue el casting para escoger a Eneko Sagardoy como el gigante?

-A. A.: Fue un casting quirúrgico, más que hacer un llamamiento estudiamos los personajes y las fotografías de los posibles actores. Al ser una historia de dos hermanos, debíamos escoger al gigante y a alguien que encajase como su hermano Martín. Tiene que haber química, y hallar esa combinación nos llevó mucho tiempo. Eneko era el intérprete ideal para encarnar al gigante. Yo al principio no lo veía, porque fue alumno mío y verle como actor del proyecto me costó, pero me tuve que rendir ante la evidencia.

La historia se basa en un personaje real, ¿dónde se han documentado?

-J. G.: Es un personaje real, pero no hay mucho escrito sobre él. Encontramos recortes de periódicos de la época donde se anuncia su llegada a las ciudades. El proceso fue interesante ya que, entre los documentos que había, existían muchas contradicciones. Nos dimos cuenta de que muchas cosas tenían que ser inventadas. Todo eso nos hizo preguntarnos en qué momento ese personaje que fue real dejo de serlo y se convirtió en un mito.

El gigante viaja por varias ciudades durante su historia. ¿Cómo ha sido el proceso de ambientación?

-A. A.: Sin salir de Euskal Herria prácticamente y sin grandes desplazamientos. Vimos que nuestras ciudades, pueblos y paisajes nos daban la variedad que necesitábamos para la película. Comprobamos que en pocos kilómetros cuadrados podíamos llevar a cabo el largometraje.

Han vuelto a rodar en euskera.

-J. G.: Es el idioma en el que los personajes principales hablan. Sin embargo, viajan mucho, por eso hay partes en castellano, francés, e inglés. También nos gusta decir que hay seis idiomas, porque cuenta con una frase en portugués y otra en árabe. Que sea en euskera es una cuestión que está en la raíz del proyecto, porque hace la película mucho más creíble. En la realidad eran personas que sabrían poco castellano, quizás lo fueron aprendiendo con el paso del tiempo, y nos gusta reflejar esa idea.

¿Limita el euskera su distribución?

-J. G.: Nos pasó con Loreak, que para estrenarla en algunos lugares del Estado tuvimos que doblarla. Internacionalmente hay pocos países que doblan, por lo que la limitación es menor de lo que se podría pensar.

¿Ya tienen en mente su próximo proyecto?

-A. A.: Sí, pero no hemos empezado a trabajar en él. Va a ser algo curioso realizado entre tres directores, pero todavía esta muy verde. Cuando pase la marejada de Handia nos pondremos a ello, es un proyecto que nos ilusiona mucho.