madrid - Ferrara visita Madrid esta semana con motivo de la retrospectiva que le dedica la Filmoteca Española. Ayer impartió una clase magistral en La Casa Encendida y para rematar dio un concierto con su banda en la sala Moby Dick. En una entrevista con un reducido grupo de periodistas, entre ellos Efe, el director que radiografió el Nueva York más marginal y violento en El rey de Nueva York (1990) o Teniente corrupto (1992) habló de su proyecto Siberia, un filme “muy psicológico” con Willem Dafoe e Isabelle Hupert.

¿Cuál es su parte favorita de hacer películas?

-Me gusta todo, no están tan separadas hoy. Puedes estar rodando una cosa, escribiendo otra y editando. En la realidad económica actual, una película se te puede alargar mucho.

¿Y la que más odia?

-Conseguir el dinero no es lo que mejor se me da, es frustrante, pero es parte del juego.

Parece contradictorio que reciba homenajes alrededor del mundo y le resulte difícil financiar su cine.

-Siempre ha sido difícil. Quizá hubo una época, en los 90, en que había un banco en Nueva York que simpatizaba con el cine independiente y apoyó 25 proyectos, pero nada más. Para rodar Mary me costó dos años reunir el dinero, y para Go go Tales, siete.

¿Qué opina sobre Martin Scorsese?

-Marty es un maestro para mí, como Pasolini. Recuerdo perfectamente el día que vi Malas Calles y justo después El conformista de Bertolucci. Ni siquiera sabía quiénes eran esos tipos pero ver esas dos películas juntas supuso un gran impacto para mí.

¿Cómo definiría la atmósfera de rodaje de sus películas?

-Un caos controlado. Intento mantener la energía y rodar rápido, estar preparado para el momento, la inspiración, no tener miedo a fracasar. Cuando el momento llega, somos como músicos de jazz, sabes que es eso y que no se va a repetir, tienes que hacer que funcione. Es un momento de gran disfrute espiritual y no me gusta que nadie lo interrumpa.

Hoy puedes hacer una película con un teléfono, pero ¿cual es la clave para hacer una buena película?

-Lo importante es por qué la haces, el deseo, y lo fuerte que es ese deseo.

¿Cómo ve hoy sus primeras películas como ‘Driller Killer’ o ‘Ms45’?

-Depende del momento, a veces es como ver fantasmas, porque muchos amigos han muerto. Otras veo a un grupo de gente que cree que va a hacer la película de su vida y pienso, ‘tranquilos chicos’, pero era así...

¿En qué trabaja ahora?

-Tengo un proyecto, Siberia, que llevo un par de años tratando de financiar, con Willem Dafoe, Isabelle Hupert y Nicholas Cage. Es un filme psicológico, en el que Dafoe hace de sí mismo, y se basa en el inconsciente y los sueños, pero ambientado en la naturaleza, Siberia, la nieve. Rodaremos en los Alpes.

En ‘4.44: Last Day on Earth’ (2011) planteó el último día en la Tierra. ¿Que haría en sus últimas 24 horas?

-Estar con la gente que quiero y tratar de mantener mis locuras a raya para poder disfrutar ese ultimo día. Las cosas me han ido bien últimamente así que no me iría a escalar una montaña ni nada parecido.

¿Cree que el fin del mundo está hoy más cerca?

-Con esta gente en el poder diría que sí, es de locos. Todo este escenario sombrío, el norcoreano (Kim Jong-un), las reacciones en su contra. Hay que tener cuidado con el lenguaje. La gente olvida la Historia, debería haber mas películas del Holocausto o la guerra civil española que nos recuerden qué es la violencia real. Están los ataques terroristas, pero eso no es una guerra como la Segunda Guerra Mundial, con 30 millones de muertos.

¿Cree que Trump es peligroso?

-Acaba de firmar un acuerdo de venta de armas de 100.000 millones de dólares con Arabia Saudí. Claro que es peligroso. ¿Adonde van a ir esas armas? El país que da más miedo del mundo no es Corea del Norte sino Estados Unidos.