Vitoria - Carcajada y reflexión. Sobre estas dos premisas se sustenta Comedia multimedia, obra que trata sobre la tecnología, pero sin posicionarse a favor o en contra de ella ya que su objetivo es hacer pensar al público. Inma Cuevas, Jacinto Bobo, David Ordinas y Fran García serán los encargados de llevarla hasta el Arrazpi.

¿Habían estado alguna vez en el Festival de Teatro de Humor de Araia?

-En mi caso no, aunque Álvaro Tato, que es el autor del texto, sí ha estado y la verdad es que nos ha contado maravillas. Donde sí estuvimos con esta obra es en Vitoria. Actuamos en el Félix Petite y la verdad es que estuvo muy bien de público. La acogida ha sido muy buena en todas partes. Hemos tenido suerte, contando con un público muy heterogéneo. Siendo una obra que habla de tecnología parece que está solo enfocada a los jóvenes y todo lo contrario, ha venido gente de 50 o 60 años y la ha entendido genial y ha disfrutado muchísimo. Al principio provoca mucha sorpresa porque el tema de la función todavía es demasiado reciente, pero luego el público se va con muchas ideas para reflexionar. Durante la obra todo es muy acelerado y te estás riendo tanto que no te da tiempo, pero cuando sale la gente nos comenta que se plantean mucho la relación que tienen con la tecnología y las redes sociales, sobre todo ese: ¿quién controla a quién?

¿Qué es lo que más le gusta de la obra?

-Está Inma Cuevas cómo protagonista, interpretando a Miss Web, una vendedora que está a la cabeza de un producto que va a revolucionar el mundo del entretenimiento. Luego, tanto David Ordinas, como Fran García y yo somos sus tres asistentes virtuales, una especie de hologramas humanoides que la ayudamos a contar lo que hace ese producto revolucionario. La verdad es que cada escena es una cosa totalmente distinta a la anterior, todos hacemos distintos personajes muy divertidos. Es una obra que va super rápido y te lo pasas muy bien. También el tema de hacer música en directo se agradece mucho porque puedes cantar. La verdad es que es un regalo.

¿Se siente identificado con alguna de las partes de la obra?

- En realidad con cualquiera de las escenas es muy fácil sentirse identificado. Son situaciones muy cotidianas y te ves reflejado en un montón de cosas. Cuando las estás viendo te sientes muy ridículo, desde la relación que tienes con tu GPS, cómo te comportas viendo a gente en redes o que te levantas por la mañana y lo primero que haces es mirar el móvil y actualizar todos tus dispositivos.

Sobre la tecnología, ¿cuál es su opinión?

-Creo que es pronto todavía, realmente es un cambio muy grande y todavía nos estamos adaptando. Es un gran avance y muy positivo, pero ahora tenemos que empezar a pensar en hasta dónde llegar, hasta dónde permitir, cómo hacer para que las grandes empresas no controlen tu vida o tus datos... y eso tiene que ir haciéndose poco a poco y con tiempo. Nosotros siempre decimos que Comedia multimedia no es una obra que esté ni a favor, ni en contra de la tecnología, sino todo lo contrario. La obra no da respuestas en ningún caso, pero sí hace que la gente se haga muchas preguntas. Y eso es lo que debe de hacer el teatro, que te vayas de allí cuestionándote muchas cosas.

¿Cómo es la relación con sus compañeros?

-Buenísima. Lo que estamos disfrutando con esta obra no tiene nombre. Salimos todos juntos, compartimos el desplazamiento... la sensación es como de irte un fin de semana con tus amigos. Son todos magníficos compañeros, desde el principio ha habido una conexión fuerte y nos llevamos muy bien la verdad.

En su carrera ha actuado tanto en la pequeña y la gran pantalla como en obras de teatro como ésta que traen al festival. ¿De las tres disciplinas con cuál se queda?

-Es muy difícil elegir. El cine tiene algo muy guay que es que al final tienes un recuerdo para toda la vida y lo puedes volver a ver. Pero yo creo que lo que te da el teatro no te lo da ningún otro tipo de formato. El poder tener a la gente delante y ver cómo lo están percibiendo. La interacción que hay con el público en directo en el teatro, yo no la cambio por nada.

¿De todos los personajes que ha interpretado, cuál es su favorito?

-He tenido suerte. Por ahora estoy muy contento con mi carrera. Soy joven, tengo 30 años y a día de hoy me considero un afortunado porque no he parado de trabajar. Tengo mucho cariño al personaje que hacia en Malviviendo, Víctor Manuel, porque funcionó muy bien con muchísima gente. De cada uno te quedas algo y aprendes algo y disfrutas muchísimo. La verdad es que Link, el personaje de esta comedia, me ha permitido descubrir un montón de cosas encima de un escenario con gente super divertida y lo agradezco muchísimo. Tener la ocasión de salir de gira por España haciendo reír a la gente es un privilegio.

¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?

- Empecé a hacer teatro con 10 años. Te subes ahí y ves que no se te da mal y que te sientes bien. Eso es algo que no podemos olvidar, porque si te hace sentir así es que vas por el camino correcto. A día de hoy, me gusta ser capaz de modificar el estado de ánimo de una persona. Que alguien que tenga un mal día, se siente ahí durante hora y media y se encuentre mejor o se replantee algunas cosas. El hecho de que la gente tome conciencia, yo creo que también es un regalo para nosotros, el hacerles ver que otra forma de hacer o ver las cosas es posible. Creo que eso es un privilegio que tenemos los actores.