Vitoria - Se ha convertido en una cita indispensable cada mes de agosto en la capital alavesa cuando pasa La Blanca. Frente al desierto que supone en Gasteiz la resaca festiva, el grupo de teatro Ortzai pone en marcha el día 10 la séptima edición de Los clásicos de la muralla, ciclo que en esta ocasión traerá a su sede de la calle Pintorería el estreno de Joseph Andrews, que se podrá ver hasta el día 31, cada jornada a las 20.00 horas. Así, el público tendrá 21 ocasiones de adentrarse en esta historia basada en la novela Historia de las aventuras de Joseph Andrews y su amigo el Señor Abraham Adams del novelista y dramaturgo inglés Henry Fielding.
Adaptada y dirigida por Iker Ortiz de Zárate, el también actor comparte reparto en esta ocasión con Teresa Ibáñez, Marta Sobrino, Ane Mendiguren, Eduardo Suso, Silvia Martínez Tazo, Maite Sáez de Vicuña y Almudena Fernández, sin olvidar la presencia “invitada y desinteresada” de Leonardo DiCaprio. “Estábamos entre dos actores muy conocidos, pero al final ha sido él que ha aceptado el reto”, explica el fundador de la compañía gasteiztarra.
Este montaje supone el segundo paso dentro de la trilogía que Ortzai abrió con su adaptación del Cándido de Voltaire, un proyecto que parte de la obra de distintos autores europeos del siglo XVIII que tienen en común sus postulados sociales, humanísticos y filosóficos, así como su apuesta por describir la vida como un camino en el que acumular experiencia y crecer en sabiduría para retornar al paraíso de la infancia. “En demasiadas ocasiones no se entiende que la inocencia es también una forma de inteligencia”, apunta Ortiz de Zárate.
En este caso, y de nuevo en tono de comedia, el espectador conocerá la vida de un joven Joseph Andrews, empeñado en mantener su virtud y pureza frente al acoso que sufre en la casa en la que sirve. Expulsado del hogar al negarse al ceder a las pasiones de su señora, el principal personaje inicia el viaje de regreso al lugar donde en su infancia y adolescencia fue feliz, un camino en el que, eso sí, va a encontrar pocas ayudas. “Quienes ostentan el poder en diferentes formas intentan excluirle de un marco social en el que su rectitud lo convierte en testigo incómodo de los tejemanejes políticos, económicos, religiosos, pseudoartísticos...”, describe el actor y director.
De hecho, Ortiz de Zárate señala varias situaciones que pudieran ser trasladables sin problemas a los tiempos actuales, lecturas de índole social que “se pueden hacer y están presentes, aunque tal vez no se profundice en demasía”.
Al igual que en la novela de la que parte (llevada al cine por Tony Richardson), la ironía y la sátira sirven de base para un trabajo que, en el caso de esta versión teatral, acorta tiempos y momentos para acercarla al lenguaje escénico. Además, el grupo de teatro ha optado esta vez por un montaje escenográfico más sencillo, al igual que va a suceder con el vestuario. Así se construirá una propuesta que levantará el telón el día 10 a la espera de que el público vuelva a ofrecer una buena respuesta a lo que va a suceder sobre el escenario, como ha sucedido en los años anteriores.