Amurrio - Tenía 17 años cuando decidió tomarse un descanso de los estudios y para desestresarse se puso a escribir. Hasta entonces no tenía más que algún personaje suelto en su cabeza, algún cuentito o principio de algo escrito que no le terminaba de convencer, dado su carácter autocrítico, pero el escritor de Amurrio David Sánchez creyó que las 300 páginas resultantes bien podrían ponerse a prueba en un concurso lanzado por una editorial. No lo ganó, pero insistió enviando el manuscrito por segunda vez y al final consiguió ver su Las reliquias del Apocalipsis hecho realidad.

¿Quién es David Sánchez?

-Un chaval de 22 años de Amurrio que está a punto de culminar su carrera de Historia, que siempre ha tenido muchísima imaginación y que escribe por vicio.

¿Lo de licenciarse en Historia es algo que escogió pensando en su vocación de escritor?

-Para nada. De hecho, cuando empecé el instituto era una asignatura que ni me gustaba. Lo de leer y escribir, en cambio, me viene desde muy pequeño. Siempre he sido muy imaginativo y de ahí mi inquietud de crear personajes y de plasmar ideas sobre un papel. Llegué a redactar muchas historias y cuentos, pero siempre los guardaba para mí. No sé, soy muy autocrítico y no me terminaban de convencer.

¿Qué le llevó a dar el paso entonces?

-Un viaje de estudios que realicé en primero de Bachiller con mis compañeras de la asignatura de Latín. Fuimos a Roma y volví con la firme intención de relatar algo sobre aquella experiencia. Pero la verdad es que pasó un año y no había desarrollado nada de ese proyecto. Me puse a ello de la forma más inesperada, en plena preparación de los exámenes de Selectividad. Tenía el ordenador encendido y, en un descanso, para desestresarme, me puse a escribir. El resultado es un libro de 300 páginas ambientado en Roma, pero en el que aquel viaje entre amigos se ha quedado en un segundo plano, para dar paso a una novela de intriga y aventura con dosis de romance.

Desde aquello han pasado cinco años. ¿Cómo llegó a la editorial que se lo ha publicado?

-Tras mucho pensármelo (risas). Siempre he sido muy crítico con las cosas que he hecho y, en este caso, me daba miedo que a la gente no le gustase, por lo que decidí mandar la historia a dos personas de mi total confianza para que me dieran su sincera opinión, mi amiga Paola Carrillo (a quien le he dedicado el libro en agradecimiento a que le haya puesto el título) y su ama Rosi. Les encantó, así que me decidí a subirlo a Wattpad, una mezcla entre red social y blog en la que se pueden colgar creaciones literarias. Allí ha estado hasta que, hace ahora un año y vía Twitter, me enteré que la editorial Titanium había lanzado un concurso. Empleé tres intensos días en retocarlo y corregirlo, y lo envié.

¿Lo ganó?

-Tras pasar todo el verano pendiente de que sonara el móvil -porque uso uno de esos antiguos que no tiene Whatsapp ni conexión a Internet- conocí por fin el veredicto y no, no gané, pero no me rendí. En septiembre decidí reenviarles el manuscrito y el pasado 13 de enero, viernes (me acordaré toda la vida), recibí la contestación de que habían valorado la idea y lo iban a publicar.

¿De qué trata ‘Las reliquias del Apocalipsis’?

-Relata la historia de Daniel Ramírez, un adolescente que, con la ayuda de sus amigos, viaja a Roma para intentar rescatar a su chica Alejandra, raptada por un peligroso criminal. Éste le exige su vida como moneda de cambio y Daniel, para realizar el trabajo que le ordena, se ve inmerso en una aventura. Tanto el personaje principal como los secundarios están inspirados en mí y en mis amigos. Por eso los llevé conmigo a la presentación de la novela que hice en Amurrio, aunque no pudieron acudir todos los que son.

Antes ha dicho antes que el título no es obra suya. ¿Cómo es eso?

-Soy malísimo poniendo títulos. De hecho, una de las críticas constructivas que he recibido es que desvelo mucho de la trama con los nombres de cada capítulo. Es algo que, sin duda, tendré que esmerarme en corregir. Y no, el título de la novela tampoco lo puse yo, ya he comentado que lo hizo la primera persona que se leyó el manuscrito, antes de enviarlo al concurso. De ahí que en la dedicatoria ponga “a la amiga que me pone los títulos”, porque si es por mi se hubiera titulado Libro uno.

¿Cómo van las ventas?

-Para no quejarse. La primera edición constaba de cien ejemplares, de los que la editorial me remitió hace dos semanas 95 para venta directa, y no me quedan ni diez; así que vamos a por la segunda que será distribuida ya en librerías.

¿Seguirá escribiendo?

-Por supuesto. De hecho, ya tengo escrito un segundo libro que no tiene nada que ver con esta historia. Este verano me dedicaré a corregirlo para luego hablar con la editorial a ver qué le parece lanzarlo de cara a las próximas navidades.

Entonces, ¿se olvidará de ‘Las reliquias del Apocalipsis’?

-No. Mi intención es escribir una segunda parte, pero no ahora. Quiero hacerlo con tranquilidad, porque quiero dar continuidad a la historia pero con protagonistas diferentes. Empecé a redactarlo, de hecho, pero se alejaba mucho de lo que son Las reliquias del Apocalipsis, por lo que quiero revisar el material y repensar bien la trama.