barcelona - El legendario bailarín Mikhail Baryshnikov reconoció ayer en Barcelona que le preocupa seriamente su salud mental, tema sobre el que reflexiona en la obra Letter to a man, que narra el viaje al infierno de la esquizofrenia del bailarín ruso Vaslav Nijinsky. “Me gustaría morir de una manera rápida y fácil, sin perder mis facultades mentales, porque no hay nada más horrible que perder la cabeza”, dijo el intérprete, de 69 años, que estará en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) del 29 de junio al 2 de julio con esta pieza dirigida por Bob Wilson.

Letter to a man está basada en los diarios del famoso bailarín de los ballets rusos de principios del siglo XX, y que fue el intérprete masculino más celebrado de su época antes de verse arrastrado por una enfermedad mental. Baryshnikov asegura que el libro de Nijinsky le fascina desde hace tiempo por “la honestidad” con la que el autor “abre su alma” y refleja sus pensamientos más profundos. La puesta en escena de Bob Wilson es “una adaptación” que “no busca narrar la vida del bailarín”, sino que se centra en el texto y en “la relación del artista con Dios, con la danza, con su amante, con su bisexualidad y con sus convicciones pacifistas”. “No es una pieza de danza -aclaró-, sino una pieza teatral en la que utilizo el lenguaje del cuerpo para reflejar las palabras del texto de Nijinsky. No imito a Nijinsky, interpreto sus palabras”. De hecho, tal como explicó el propio bailarín, Baryshnikov lleva ya un tiempo “apartado de los proyectos de danza”, porque a su edad cree más adecuado dedicarse a la producción de obras para otros bailarines o a interpretar piezas “como esta, más teatrales”.

teatro expresionista La versión de Robert Wilson combina la interpretación de Baryshnikov con los fragmentos del texto grabados y la música de Tom Waits, Bob Dylan, Arvo Pärt, Henry Mancini y el compositor futurista ruso Alexander Mosolov. Baryshnikov aparece en escena con la cara pintada de blanco y vestido con frac, un atuendo “que el autor utilizó cuando se casó con su esposa y que en esta obra tiene un sentido simbólico que hace referencia al matrimonio del artista con su arte, con Dios, con la vida, con la paternidad y con el pacifismo”. El texto está en ruso, inglés y francés, tres idiomas que utilizaba habitualmente Nijinsky, y en el TNC se sobretitulará para facilitar la compresión. “No se trata de teatro psicológico, es más bien teatro expresionista, con una puesta en escena muy formal y estilizada”, añadió el intérprete.

Wilson es un artista escénico que integra en sus trabajos disciplinas como la danza, el movimiento, la luz, la escultura, la música y el texto y que tiene fama de ser muy perfeccionista y utilizar a los intérpretes como una pieza más del conjunto. En este caso, ha dado más libertad al intérprete de la habitual y le ha pedido que aportara sus “propios movimientos”. No obstante, “es cierto que Wilson es un director muy exigente”, en cuyas obras “cada paso está coreografiado, no en el sentido tradicional de la palabra, sino porque todo está muy calculado, de manera que voz y movimiento encajan como en una partitura musical”.

Barishnikov llegó el lunes a Barcelona, ciudad que visitó por primera vez en los años 60, cuando él tenía poco más de veinte años. “Estuve actuando en el Liceu antes de que se quemara”, recordó, “feliz de llevar tantos años dedicado a la interpretación”, y contento de estar otra vez en Barcelona, ciudad donde vive su amigo y colaborador Cesc Gelabert, con quien está trabajando actualmente en una futura producción, según reveló. - Efe