Madrid - La noticia saltaba hace unos días a las redes: Linkin Park, una de las bandas de metal de mayor éxito de las últimas dos décadas, recibía un botellazo en pleno concierto de un seguidor indignado con su último disco. “Cuando publicamos Meteora (2003) ya hubo algún mal gesto porque incluimos un tema más lento. Las críticas no son algo nuevo para nosotros”, reconoció la banda en una entrevista en la que se muestran conscientes de que One more light (Warner Music), su séptimo trabajo de estudio, “es un disco que sorprende y no para bien en todos los casos”. Este mismo fin de semana el sexteto californiano lo presentó en vivo en Madrid ante más de 30.000 personas en la primera edición del festival de metal y hard rock Download Festival. Tocaron cuatro canciones nuevas y no hubo ni incidentes ni abucheos, solo música. “Si te fías solo de lo que sale en internet pensarás que todo está siendo una locura, pero no es así. El otro día tocamos detrás de Slayer y la gente cantó las nuevas canciones, incluida Invisible”, aseguraron, tras citar uno de los cortes más bucólicos de su más reciente álbum.
La producción, que corrió a cargo de Brad Delson y Mike Shinoda, miembros del grupo, choca frontalmente con sus discos anteriores, especialmente con los que los convirtieron en referencia del nu-metal. “Nunca nos han preocupado esas combinaciones de palabras. Conforme nuestra carrera ha progresado, las fronteras entre géneros se han difuminado para nosotros. Yo no escucho música en términos de estilos, sino que me dejo llevar más por mi estado de ánimo”, afirmó Shinoda. “En los últimos 20 años hemos evolucionado mucho. Con Hybryd Theory tenía 23 años, mucha rabia e intentaba entender mi lugar en el mundo, pero One more light tiene más que ver conmigo como padre, como marido, con lidiar con la muerte de mi madre o el sentimiento de abandonar a mis hijos cada vez que salgo de viaje”, explicó Farrell, el bajista más conocido como Phoenix.
Ganadores de dos premios Grammy y responsables de haber vendido 68 millones de copias de sus discos, Linkin Park son una máquina de acumular números 1. - Efe