Vitoria - Al grito de Yee-Haw, unos tipos tomaron ayer al asalto la Plaza del Machete y, a golpe de banjo y guitarra, la despojaron de su esencia para convertirla en el salvaje oeste. Tocaron sus instrumentos hasta sumergir a los presentes en un delirante universo de country, ragtime y bluegrass. El espectáculo de circo, protagonizado por La Banda de Otro, fundió malabarismo, clowns y música para sorprender a la audiencia.
Súbitamente, la acción se trasladó al parque de la Florida, donde el público contemplaba un escenario bien distinto en el que Mireia Miracle establecía un diálogo con un muro, con un obstáculo, una franja... La danza urbana se apropió del espacio y abrió una puerta tras la que se dibujaba un camino hacia el otro lado. El público fue parte de la historia, titulada como Rojo, y protagonizó este cuento de bienvenida y despedida, el primer espectáculo de danza, teatro y humor gestual de la artista catalana.
Ya por la tarde, en la Plaza del Arca, un risueño vendedor de helados italiano trataba, mientras tanto, de inventar el mejor helado del mundo. Mientras perseguía su sueño, sobrevenían continuos accidentes inesperados que era incapaz de controlar. Entre crisis y crisis, poesía visual, globos, teatro y juegos bajo un paraguas común: Jekyll on Ice.
El chileno Gerardo Karcocha fue el encargado de llevar el espectáculo clásico de mimo a la calle Fueros. Gestos y humor sin palabras de un autodidacto formado en las calles de medio mundo, capaz de adaptarse a cualquier situación por medio de la improvisación estudiada. Un artista intrigante, discreto, delicado y contemporáneo cuyo montaje Desequilibrio Urbano ha sido merecedor del Premio al Mejor Espectáculo de Calle en la localidad italiana de Mirabila.
Finalmente, llegó el turno del arte local merced al montaje Cree, crea, del gasteiztarra Ivan G. Torre. Un verticalista que ha aprendido el oficio de los mejores maestros. Después de perfeccionar su espectáculo contemporáneo por teatros y festivales de varios países, ayer llevó su creación, por primera vez, a su ciudad natal. Su puesta en escena, centrada en los equilibrios de manos y la danza, se halla en constante evolución. La intensa investigación desarrollada a lo largo de todo un año dio sus frutos ayer en KaldeArte en forma de sorpresas y novedades.