Noah Baumbach presentó ayer en la competición de Cannes The Meyerowitz Stories, un agradable filme familiar, con mucha ironía y unos destacados Dustin Hoffman y Emma Thompson, en la que el humor es el vehículo para profundizar en los temas más dolorosos, tal como destacó la actriz británica.
“Lo más divertido es lo más profundo” del filme, resaltó Thompson, que aseguró que para ella lo que no es divertido no es creíble, porque “la vida es así”. “Es maravilloso ser divertido y serio, es extremadamente satisfactorio”, agregó.
Un humor corrosivo por momentos para contar la historia de la familia Meyerowitz: el patriarca Harold (Hoffman), un escultor del que nadie se acuerda; su cuarta mujer, Maureen (Thompson); los dos hijos de su primer matrimonio, Danny (Adam Sandler) y Jean (Elizabeth Marvel); su tercer hijo, Matthew (Ben Stiller); y la nieta mayor, Eliza (Grace Van Patten).
“Cuando escribo o ruedo, lo que busco es una especie de musicalidad, de sentimiento, debo sentir un ritmo y no me paro a pensar si hay que poner un momento divertido o serio”, explicó Baumbach. “Hice esta película en super 16 mm, de forma independiente y con la esperanza de que se viera en gran pantalla porque es una experiencia única”, comentó el realizador, que agradeció su colaboración en la posproducción a Netflix. No quiso entrar así en la polémica de esta edición de Cannes por la participación en la competición por la Palma de Oro de dos producciones de Netflix no concebidas para estrenar en salas, su película y Okja, de Bong Joon Ho. Una pequeña protesta acompañó la aparición del nombre de Netflix en la pantalla durante la proyección para la prensa, al igual que pasó con Okja, pero el equipo de The Meyerowitz Stories restó importancia a la polémica. Un jocoso Dustin Hoffman, por su parte, invitó a ver la película en la gran pantalla de su casa.
Estilo singular El humor sobrevoló la rueda de prensa, en la que todos los componentes del equipo mostraron una gran complicidad y en la que no pararon de hacer bromas y de halagarse los unos a los otros, pero especialmente al director. Baumbach “es único, tiene un estilo singular de filmar, desde el proceso inicial al montaje, así que siempre estoy feliz de formar parte de cualquier cosa que él cree”, agradeció el actor Ben Stiller.
Hoffman destacó los diálogos escritos por Baumbach. “Tienes que decir cada palabra, hay música en su escritura, es un artista singular”, y agregó: “No sé si quiero trabajar con él de nuevo, pero no puedes obviar su talento”, lo que provocó las risas de los periodistas. En la misma mezcla de humor y seriedad se expresó Thompson, que reconoció la dificultad de interpretar a una americana, “pero no fue duro para nada interpretar a una alcohólica”, ironizó.
Iñárritu y la realidad Por otro lado, el cineasta Alejandro González Iñárritu reflexionó sobre su proyecto artístico Carne y arena, que presenta por primera vez en el marco del 70º Festival de Cannes. El director busca que este trabajo lo vean los jóvenes -“no me interesa que lo vea Trump”-, para que reparen en “la fragmentación del sistema capitalista”. Considera asimismo que “la realidad ha dejado de ser relevante” porque el exceso de información nos ha vuelto “insensibles”. Eso le ha llevado a la realidad virtual para mostrar, de forma diferente, que “los inmigrantes no son una amenaza, sino una oportunidad”. Tras su paso por Cannes, la cinta será exhibida en Milán y, en agosto, en Ciudad de México. Los beneficios se destinarán a una fundación de ayuda a los inmigrantes.