madrid - El escritor Juan José Millás dedica su última novela a la adolescencia, la edad en la que, dice, “más se sufre” y para la que cree que no debe haber una literatura especializada, pues los autores que solo escriben para niños y jóvenes lo hacen para un “cliché” y los “esclerotizan”.

Mi verdadera historia (Seix Barral) es el título de esta “novela de aprendizaje” de Juan José Millás (Valencia, 1946), cuyo narrador es un adolescente de doce años que, un día, volviendo del colegio, arroja una canica desde un puente y ocasiona un accidente de tráfico que acaba con la vida de toda una familia y del que solo se salva Irene, una chica de su edad que queda tullida. A partir de ese momento, la culpa va cobrando forma en su mentalidad adolescente, y el protagonista halla en este hecho delictivo, convertido en su gran secreto, en su obsesión, y su amor por Irene en la única salida a un entorno familiar que se desmorona, mientras sus padres se divorcian.

Millás, Premio Nacional de Narrativa, considera que la literatura juvenil ha sido considerada siempre un “género menor” del que no hay tradición en España, a diferencia de otros países donde los jóvenes han hecho suyas novelas que no fueron escritas específicamente para el público de su edad. Y el problema en una literatura en la que los escritores generalistas no escriben libros que interesen a los jóvenes es que “aparecen los especialistas que hacen un cliché de ellos y crean un concepto de adolescente que no se corresponde con la realidad”, indicó el autor de novelas como Visión del ahogado o La soledad era esto. Por ello, ha defendido la literatura “transversal”, ya que cree que no hay una solo para adolescentes “sino literatura buena o mala”.

En su novela, Millás habla también del azar y de cómo, explicó, conforme las personas van madurando, se van dando cuenta de su importancia: “Vivimos con la impresión de que nuestros actos son resultado de una planificación, porque sería insoportable pensar que somos marionetas en manos del azar”.

Para Millás, Mi verdadera historia es una novela “llena de sencillez y complejidad simultáneamente”, dos características que en apariencia son incompatibles. “Me gustan las novelas sencillamente complejas o complejamente sencillas”, señaló el autor, quien criticó la “globalización del gusto”: “Ahora leemos novelas y vemos películas que nos dan la razón”. Millás cree que hay un proceso de “normalización”, de tal forma que “ahora es muy difícil ser marginal”. - Efe