Desde la instantánea que una persona anónima realiza y difunde a través de sus redes sociales hasta la campaña de difusión de una gran marca, la imagen relata mucho más de lo que en un principio puede parecer, máxime en esta teórica sociedad de la información y la comunicación. Viene sucediendo así desde que la especie humana es tal y empezó a expresarse en las paredes de las cuevas. Qué, cómo y por qué se cuenta son mucho más que tres preguntas. Por supuesto, también en lo que se refiere la relación de hombres y mujeres en la sociedad, a sus roles, a la representación que se lleva a cabo de unos y de otras. A lo largo de la historia del arte se pueden rastrear, sin dificultad, modos de relatar que marcan la narrativa actual, parámetros que a veces ubican hoy a la mujer y al hombre en el mismo papel que, por ejemplo, lo hacía el Renacimiento, llegando, en el campo publicitario, a forzar “determinados mensajes adrede” para generar sonoras polémicas con colectivos feministas. Todo sea por el negocio.
La educación, la costumbre, lo aprendido desde lo más cercano, lleva en muchas ocasiones a considerar como normal lo que no lo es. Hace, como explica la fotógrafa gasteiztarra Eider Bernaola, que “no filtres ni lo que recibes ni lo que generas; no es una cuestión de estar siempre en pie de guerra, pero sí de que seas consciente de que tal vez hay otras formas de narrar las cosas”. De hecho, esa necesidad de apelar al “pensamiento crítico” de las personas jóvenes “para que se hagan preguntas” en su uso y consumo fotográfico diario en relación a la relación entre las mujeres y los hombres es lo que ha llevado a su empresa, Iriber Photo, a organizar junto al programa Gauekoak un taller que se va a desarrollar a lo largo de seis sesiones este mes desde el centro cívico Iparralde.
Bajo el epígrafe de Fotografía e igualdad, Bernaola busca que “la gente aprenda a leer imágenes, a desarrollar y potenciar una capacidad de reflexión” ante ellas, usando para ello “la herramienta” fotográfica. Eso sí, no se necesitan conocimientos técnicos previos. Al contrario, el curso -que se desarrollará con plazas limitadas, con un mínimo de cinco participantes y un máximo de quince- está planteado para trabajar “incluso con quien no sabe nada de fotografía; da igual que tengas un móvil, una cámara compacta, una reflex o lo que sea; no se trata de realizar un taller profesionalizado de técnica sobre fotografía, sino que puedas llevarte algunos conocimientos prácticos sobre fotografía y que éstos estén al servicio de la cuestión de la igualdad”.
Además, dentro de la programación diseñada por Iriber Photo, las personas que acudan al curso podrán desarrollar un proyecto personal que culminará con una exposición posterior, un proceso “en el que se darán pautas pero sin marcar en exceso” puesto que se quiere seguir la “filosofía de Gauekoak de ir más allá del ocio pasivo”, comenta Jon Ander Iribarren, también componente del estudio fotográfico ubicado en la calle Prudencio María Verástegui.
Al final, como apunta Bernaola, con este curso lo que se pretende es transmitir información, “que sepas qué es el feminismo, por qué te sientes atraído o atraída por una serie de imágenes o por qué hay publicidades que te llegan más y otras menos”, para que luego “si te interesa, sigas desarrollando tus reflexiones”. No en vano, como recuerda Iribarren, “hoy las personas jóvenes no sólo son consumidoras de imágenes sino que son creadoras. En Instagram, que es donde está la mayor parte de la gente joven, ves a muchas personas que reproducen el mismo esquema de imágenes de hace X tiempo en las que se objetiviza a la mujer. ¿Por qué lo hacen? Pues en muchas ocasiones es una cuestión inconsciente. Damos por normales muchas situaciones que no tienen nada de eso y lo que intentamos es que se de un cambio de chip”.
Sello empresarial Con este taller pensado para jóvenes, Iriber Photo da continuidad a una filosofía que forma parte de su esencia y que, hecho, es prioritaria dentro de la labor profesional que el estudio lleva a cabo dentro de la fotografía publicitaria, industrial y de producto, de moda, gastronómica, retrato y creativa. “Las empresas no sólo tienen que estar en la sociedad para ganar dinero, sino que mínimamente tienen que aportar algo a la sociedad. En este caso me parecía muy importante el tema de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Más que conseguirlo lo que pretendo es sensibilizar”, apunta la fotógrafa vitoriana.
“Vemos que en algunos sitios, este tipo de posturas se toman más de cara a la galería. Es sencillo firmar un código deontológico de buenas conductas con Emakunde sobre lenguaje no sexista, por ejemplo, y luego en realidad no hacer nada. En el caso de Iriber -como describe Iribarren- no hacemos apuestas para figurar. ¿Eso nos puede perjudicar en nuestra actividad empresarial? Es que la respuesta nos da igual”. No en vano, Bernaola tiene claro que no querer posicionarse es también una forma de situarse en la sociedad. “ ¿Cómo no me voy a identificar como feminista? Es que lo soy. No es nada malo. El problema es que hay una falta de información referente al tema que hace que al final la gente asocie el feminismo con cosas que no tienen sentido”.
La realidad es que en el siglo XXI las cosas siguen siendo como parecen, y la mujer sigue siendo representada como el objeto que para algunos nunca debería dejar de ser, una situación a cambiar desde todos los ámbitos. También con las empresas. Por supuesto, con los y las jóvenes.
Fotografía e igualdad. Se realizará los días 9, 11, 16, 18, 23 y 25 en horario de 18.00 a 21.00 horas.
¿Dónde y cómo apuntarse? El desarrollo del taller se realizará en el centro cívico Iparralde, aunque la exposición final tendrá lugar en ARTgia (calle José Lejarreta, 41). Para inscribirse es necesario escribir a talleres@gauekoak.org. El precio de inscripción es de 5 euros.
La fotógrafa apuesta por dar a las personas que asistan las herramientas para recibir y generar imágenes de manera consciente.