Madrid - Los actores Clara Lago y Álex González protagonizan la película Órbita 9, un thriller romántico y de ciencia ficción que aborda la soledad y el conflicto del científico sobre el límite de las investigaciones para lograr sus objetivos. “¿Justifica el fin los medios?”, plantea Hatem Khraiche, director de este filme, que “dibuja una línea muy fina entre lo que se puede hacer”, según explicó ayer con motivo del estreno de su opera prima hoy.
Órbita 9, rodada en las ciudades colombianas de Medellín y Bogotá, así como en San Sebastián y en Vitoria -de hecho, en la capital alavesa terminó el rodaje en marzo de 2016-, presenta en escena a Helena (Clara Lago), una joven que lleva preparándose para una misión de supervivencia desde que nació y, aunque no lo sabe, forma parte de un ensayo científico. Su destino cambia cuando se cruza en su camino Álex (Álex González), quien le descubrirá que las cosas no son como había imaginado.
Según explicó el director, sus dos premisas fueron la idea de la soledad y el conflicto del científico. “La NASA ha anunciado que hay siete exoplanetas potencialmente habitables y eso lo plantea la película: podremos ir pero no tenemos la tecnología para hacerlo, lo harán generaciones posteriores y solo si nosotros experimentamos”.
Khraiche debuta en la dirección pero se trata de su tercer guión en largometraje. Al igual que en los dos anteriores, Cara oculta y Retornados, en esta ocasión vuelve a “jugar en el límite de los géneros” y, aunque se trata de un “thriller romántico”, incluye “elementos fantásticos” a los que también recurrió en anteriores proyectos.
Memoria emocional Clara Lago da vida a una joven que ve el mundo por primera vez, algo que supuso “un reto” para la actriz, porque uno no tiene algo a lo que agarrarse, según señaló. “Tu memoria emocional no sirve para crear el personaje, pero sí para los momentos de descubrimiento y para la base de su persona”, indicó la actriz.
En este sentido, Álex González agregó que su trabajo se ha basado en usar la “intuición” para un personaje complejo del que “cuesta buscar referencias”. “Si como espectador no consigues ver el planeta a través de los ojos de su personaje es difícil entender la película”, dijo.
Para Lago, se trata de una película “visualmente única”, que aunque a nivel temático no es una película de ciencia ficción puede recordar a películas como Ex machina o Black mirror. “Tiene mucho que ver con nosotros y con la esencia del ser humano”, señaló.
González destacó que se trata de una película “poco rara, en el mejor sentido de la palabra”. “Es una especie de género nuevo: a veces parece una película de acción pero luego no lo es, se vuelve romántica, y de repente película comercial que de pronto parece indie”.
En este filme también aparece Belén Rueda, que da vida a una psicóloga que demuestra que “por mucha tecnología que exista el calor humano es necesario”. Su papel “no está muy lejos” de la idea de un psicólogo “fast-food” que atiende a los clientes en una cabina a la que el paciente entra cuando se queda libre, pero decide romper el protocolo y relacionarse con el paciente. - E.P.