Vitoria - Han pasado justo dos años desde la publicación de Sin mando a distancia y la escritora gasteiztarra Blanca Uriarte vuelve a encontrarse con los lectores ahora con la presentación de su séptimo poemario, un libro que, de nuevo de la mano de Ediciones Rilke, se presenta este viernes en la capital alavesa. En concreto, Sonrisas y besos suficientes empezará a desvelar parte de lo que esconden sus 120 poemas a las 18.30 horas en un acto que se llevará a cabo en la librería de Elkar en la calle San Prudencio, una cita en la que la autora estará acompañada por Tasio Miranda y Txaro Martínez. “Me gusta tener la oportunidad de contar con gente competente”, dice con una sonrisa.
Aunque sin un hilo conductor imperante, Uriarte reconoce que una parte importante del poemario, partiendo del mismo título, responde a la necesidad de hablar de esos momentos en los que las durezas de la vida hacen que el ser humano se encuentre ante la tesitura de seguir adelante. “Cuando, por ejemplo, fallece una amiga, lo difícil no es llorar, sino no detenerse porque el resto de la vida sigue ahí”. Por este motivo, cuestiones como la muerte y la pérdida toman un papel protagonista en varios de los textos, más allá de que Uriarte se asome también a otras cuestiones “que nacen del día a día”, de lo que es personal pero termina siendo compartido.
“Me gustaría morder un poquito, que el poemario haga pensar, que a la gente le incite a la reflexión. No tengo la capacidad de la ironía que me encanta de otros autores, esa ironía fina que te deja pensando. Pero quiero que el poema no deje indiferente, que llame a la reflexión”, describe la autora, al tiempo que reconoce que “con los años me estoy haciendo además más incisiva, no me conformo con lo que hay fuera. Indagar en las cuestiones, profundizar, te hace cambiar. Y yo no me puedo callar”.
De todas formas, ahora llega el momento de los lectores y Sonrisas y besos suficientes tendrá su propia vida. Pero llegar hasta aquí no ha sido sencillo. “Estos dos años me han servido para tomar cierta distancia, ver la evolución que tienes, hacia dónde vas... pero eso no significa parar de escribir, todo lo contrario. No sé parar”, lo que termina derivando en la necesidad, a la hora de enfrentarse a la confección del poemario, de seleccionar. “Es la parte más complicada. De hecho, aquí se han quedado fuera muchas cosas. He elegido lo que creo que es lo mejor, aunque reconozco que también me he quedado con algunos poemas no tan buenos en la forma porque me interesa de manera especial el fondo, el tema que se trata”.
Así se construye un poemario en el que el lector puede caer donde quiera. De hecho, ni hay estructuras ni partes porque “ni sé hacerlas, ni me gustan. Prefiero la sorpresa” describe Uriarte, que aunque describe que le gustaría también adentrarse en el campo del cuento corto “al final siempre vuelvo a la poesía. No sé salir de ahí. Es algo que me apasiona, es como un enamoramiento” que ahora tiene su séptimo encuentro con el público.