madrid - Raúl Arévalo y José Antonio Bayona, los grandes triunfadores de la 31ª gala de los Premios Goya, se acercaron a los periodistas tras haberse subido al escenario para reflexionar sobre lo que significan sus logros y sus espectativas para el futuro. Además, no perdieron la ocasión e hicieron un llamamiento público a una mayor diversificación en la financiación de las películas españolas y más promoción de las mismas.

Raúl Arévalo, que compareció junto a la productora Beatriz Bodegas, prometió en primer lugar volver a dejar de fumar, para luego afirmar que lo “ideal” sería no tener que depender de tres canales de televisión a la hora de hacer películas. A lo que Bodegas añadió que eso es “difícil”. En todo caso, el actor convertido en director prefiere no ver el éxito en su debut con Tarde para la ira como una pesada responsabilidad cuando encare su segundo trabajo, del que sólo tiene una idea pensada y hay que “empezar a escribir”. “Yo prefiero pensar que ojalá sirva para adelantar la próxima película y no tardar tantos años”, aseguró. Pese a ello, aclaró que todo el tiempo que transcurrió desde que se inicio el proyecto hasta que se ha hecho realidad le ha servido para “madurar” mucho más la película, una cinta que no sabe si ha triunfado porque tiene “alma”, algo que afirma su productora. Para Arévalo, es más bien una “cosa mágica” que no se puede controlar.

Por su parte, Juan Antonio Bayona, que se confesó “emocionado” por los logros de su cinta, dijo que “ojalá” todos los canales promocionaran cine como ha hecho Telecinco (productora de su largometraje) con Un monstruo viene a verme. El realizador se extendió también en su mensaje sobre el escenario en defensa de la cultura. “Quería expresar que no apoyar la cultura va en contra de uno mismo. Esta semana he oído a dirigentes que no han visto las películas de los Goya y eran de todos los colores”, advirtió. En este sentido, recordó que el Estado tiene “la herencia cultural que tiene” después de haber sufrido una dictadura. En todo caso, se felicitó de que el público español tenga cada vez menos problemas en ver cine español. “Están los números. Quedan cosas por hacer”, dijo. Y ahí apuntó que existe una polarización en el cine español porque cada vez es más difícil hacer películas medianas. No obstante, aunque reconoció que en el Estado su film es una “superproducción”, precisó que en el extranjero es “mediana”.

emma suarez Por su parte, Emma Suárez, triunfadora de la noche al subir dos veces al escenario para recoger el cabezón a Mejor Actriz de Reparto por La próxima piel y a Mejor Actriz Protagonista, por Julieta, destacó la “responsabilidad” de una hazaña sólo conseguida por Verónica Forqué treinta años antes. “Es una noche excepciona”, aseguró. La actriz reflexionó sobre la “incertidumbre” que acompaña al oficio y la “inseguridad” constante, al ser preguntada por la sensación de que está viviendo una segunda vida como intérprete. También aseguró que la reivindicación sobre los papeles femeninos merece “una reflexión”.

Mientras, Roberto Álamo, Goya al Mejor Actor Protagonista por Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen, aseguró que el director “cumple la fantasía de cualquier” intérprete. “Escribe muy bien, lo que escribe tiene una profundidad potente. Se centra en los seres humanos. Tiene sentido del humor. Es un maestro a pesar de sus 35 años”, recalcó. Álamo, que ha conseguido ganar el cabezón las dos veces que ha estado nominado, afirmó que no se lo esperaba en esta ocasión. “No trabajo por el Goya, pero te aporta el sentirte aceptado por la comunidad del cine”, recalcó. - DNA