Vitoria - Estuvo claro desde el segundo uno: el recuerdo que Gaizka Etxebarrieta, hermano de Natxo, quería impulsar tenía fecha de caducidad. El adiós llega en forma de dos actuaciones consecutivas llenas de sorpresas. Una despedida que sirve para hacer balance de lo conseguido pero también para comenzar un nuevo camino. Pero eso, ya llegará.

¿Con un poco de vértigo al ver el final tan cerca?

-Me da pena, las cosas como son. Pero somos fieles a nuestras palabras. No queríamos estirar el chicle y el final tenía que llegar. También te digo que este año y medio se me ha pasado volando. Casi ni me he enterado. Pero bueno, siempre habrá tiempo de hacer otras cosas.

¿Qué sensaciones se lleva de este recorrido?

-Buenísimas. No pensábamos que iba a salir así. La respuesta de la gente ha sido impresionante. Así que me llevo una gran alegría por haber hecho esto por los Zika. Y estamos muy satisfechos todos. Es que lo hemos hecho lo mejor que hemos podido, no nos hemos guardado nada.

¿Alguna ‘espinita’?

-Sí, la verdad. En Barcelona íbamos a tocar un concierto que al final, por distintas razones, no pudo ser. Pero, por lo demás, hemos estado en un montón de sitios y no puedo decir que se me quede nada atrás más allá de esa actuación.

Es imposible saber qué pensarían Natxo, Pakito, Pedro...

-Pues sí, es imposible, pero mira, de los más allegados a ellos nos están llegando mensajes de apoyo, diciendo que los Zika estarían orgullosos y que lo estamos haciendo bien. Pienso que Natxo estaría muy contento con esto porque lo hemos hecho en condiciones, sonando bien.

De la respuesta del público habla el hecho de haber tenido que hacer hoy una segunda fecha tras agotar las entradas para mañana en muy poco tiempo. Un cierre por todo lo alto, ¿verdad?

-Sí. Hoy no vamos a poder contar con todas las colaboraciones que sí estarán mañana, pero va a ser un buen concierto, de eso que no le quepa duda a nadie. Vamos a disfrutar.

En alguna ocasión se ha hablado de la posibilidad de que Zarpazo! siguiese después de esta fecha pero ya haciendo su música, dejando atrás el recuerdo a Cicatriz.

-Bueno, el planteamiento está sobre la mesa. Hemos hecho muy buenas migas entre todos, sobre todo teniendo en cuenta que yo había miembros de la banda que no conocía cuando empezó esto. Además, nos ha ido bien, he podido chupar mucho escenario, que era algo que no tenía. En el local estamos a gusto y algo se hará, pero no te voy a decir el qué porque ahora mismo estamos centrados por completo en esto.

Por cierto, tras la despedida del público, ¿habrá alguna celebración especial entre los miembros de la banda?

-Vamos a hacer una comida para recordar todo lo que ha pasado, lo bueno y también lo malo, porque de todo ha habido. La carretera tiene muchas cosas (risas).

Pero lo malo, mejor olvidarlo rápido, ¿no?

-Bueno, si tampoco ha sido muy desastroso, lo malo llega un momento en que lo recuerdas con cariño.

Hace un par de años, cuando todo esto le empezó a rondar por la cabeza, a buen seguro no esperaba todo lo que ha venido después.

-Para nada. Ahora me acuerdo del día que le comenté a Andoni: ¿y si hacemos esto?. No tenía ni idea de todo lo que iba a conllevar aquella pregunta y todo lo que nos ha pasado después. Pensaba en hacer un homenaje a pequeña escala y pasarlo bien entre nosotros. Pero luego vimos que la historia empezaba a coger fuerza y me quedé flipado.

Lo que ha quedado claro en estos meses es que la huella de Cicatriz sigue presente 20 años después.

-Sí y además no sólo entre la gente de una edad. El otro día estuvimos tocando en Logroño y todos los de la primera fila no tenían más de 18 años, pero lo estaban dando todo. Los Zika dejaron huella pero no sólo para los que compartieron generación con ellos sino también para los que han venido detrás, y para mí eso es la hostia. Eso no lo consiguen todos los grupos. Además, cuando hemos salido por ahí, lo hemos notado siempre, hemos visto a chavales volviéndose locos con Cicatriz.

¿La mejor vivencia?

-Encontrarme a mi prima de Inglaterra, que hacía 30 años que no la veía, en un concierto en Madrid. Estuvimos también muy a gusto en Almería porque aprovechamos para estar en mi casa, un poco más en la intimidad del grupo. Fue un momento muy especial.

¿Qué le ha dicho su ama?

-La amatxo no ha podido venir a los últimos conciertos porque mi padre anda un poco pachucho. Pero bueno, más allá de eso, está encantada porque nos dice que lo hemos hecho muy bien, aunque le da pena que termine. No hay más que mirar su cara cuando estoy cantando.