Vitoria - De un acto promocional a otro con el último premio Planeta bajo el brazo, Dolores Redondo no se detiene. Aún así, la voz de la escritora suena al otro lado del teléfono como si el cansancio no existiera en su caso.

Tras el éxito de la trilogía del Baztan, plantea una nueva novela y gana el Planeta. ¿La guinda?

-No, no hay guinda ni cima. Los que procedemos del amor por la literatura y de la lucha por llegar hasta aquí, sabemos que la escalada consiste en no parar de escalar jamás. No hay cima, es mentira. La única misión que debe tener el escritor es escribir cada vez mejor. Con esa ambición hice Todo esto te daré y, sinceramente, creo que lo he logrado. Han pasado ya bastantes días desde la concesión del premio y pienso que están siendo las jornadas más dulces tras ese primer momento de locura, emoción y nerviosismo. Ahora es el momento de la verdad, cuando te encuentras con los lectores que ya han leído la novela y pueden comparar. Además, presentaciones como la de hoy en Vitoria son instantes únicos para volver a encontrarte con muchos de esos lectores fieles y también conocer a los nuevos, que es una de las mejores cosas que tiene el premio, que te acerca a nuevos ojos. Ver que les está encantando es precioso.

Antes y después del Planeta, son muchas las labores que hay que hacer en torno a este libro, con la inagotable promoción incluida. ¿Cansada de la criatura o todavía no ha llegado ese momento?

-Imagina, todavía no me he cansado de la trilogía del Baztan, así que... (risas). Todo depende de la actitud general hacia el trabajo. Evidentemente, ahora en la promoción, tienes días en los que llegas al hotel a la noche, estás lejos de casa, y te entra el cansancio, pero se va con una ducha y unas horas de sueño. Al día siguiente, el entusiasmo está entero, igual que las ganas de encontrarme con los lectores. Yo también era escritora cuando no me conocía nadie y sé lo que es vivir el silencio, estar en presentaciones a las que no va casi nadie, ir a una firma de libros y como mucho rubricar media docena. Y como lo sé, tengo que estar tan agradecida, aunque tenga el mismo cansancio de cualquier persona que trabaja y que llega a casa a la noche.

Ahora toca asomarse a un ‘Todo esto te daré’ en el que también la intriga está servida.

-El lector se va a encontrar con la investigación que inicia Manuel tras recibir la noticia de que su marido ha muerto en Galicia. Se traslada hasta allí, a la Ribeira Sacra, conoce a su familia política y aparecen las dudas sobre que la muerte haya sido accidental. Es una indagación dentro del ámbito de una familia que parece tener sus secretos. A esa indagación le van a ayudar otros personajes, como un guardia civil jubilado y un sacerdote católico, amigo desde la infancia del marido de Manuel.

¿Cómo ha sido meterse en la piel de tanto hombre?

-Tras la trilogía, el cambio al patriarcado, a las voces masculinas ha sido muy refrescante y especial. Es un atrevimiento poner a un escritor homosexual a investigar dentro de su familia política, reconstruyendo los últimos días de un marido muerto que le ha ocultado esa familia, su posición dentro de la sociedad, y lo hace acompañado por unos compañeros que también son inusuales. Como te decía, ha sido refrescante meterme en la piel de cada uno, no me ha costado por el hecho de ser hombres. Al fin y al cabo, las pasiones humanas no son tan propias de hombres o mujeres, son humanas. Por ejemplo, en el caso de Manuel, él está en una situación de duelo. Y la realidad es que el dolor nos iguala a todos. Perder a la persona que más amas es igual de terrible. Tu dolor es infinito.

En 2017 está previsto el estreno de la primera versión cinematográfica de la trilogía. ¿Expectativas?

-Bueno, es la visión que tiene Fernando González Molina sobre El Guardián Invisible. Yo he hecho algún apunte, pero nada más. Nunca, jamas, el cine va a poder equipararse a la profundidad y belleza de una novela. González Molina sabe hacer excelentes películas, así que vamos a darle una oportunidad. Te aseguro que lo primero que he podido ver me ha fascinado, para empezar por la elección de Marta Etura. Y también por el acierto de rodar en Baztan. Otro de los grandes aciertos que he podido percibir ya es la música, que ha grabado la Orquesta Sinfónica de Navarra.

Por cierto, entre tanto ir y venir, ¿le quedan ganas y tiempo para leer?

-No puedo dejar de leer, es mi somnífero. Al fin y al cabo, los libros son sueños.