Vitoria - La cuadragésimo primera edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz llega a su final. Paraíso pondrá el broche, como ya explicó este periódico hace unos días, el sábado y el domingo con la última parte del ciclo para bebés, aunque en lo que respecta al público adulto, el adiós se va a producir entre hoy y mañana entre el Principal y el Félix Petite. En concreto, esta tarde volverá al escenario de la calle San Prudencio Lindsay Kemp, mientras que también hoy y de nuevo mañana el turno será para Vaivén que llevará hasta el centro cívico Ibaiondo las versiones en euskera y castellano de Azken trena Treblinkara.
En lo que se refiere al multidisciplinar creador británico, la cita con Kemp arrancará a las 20.30 horas en un Principal al que todavía le quedan entradas disponibles por 24, 18 y 12 euros. En este caso, el público podrá encontrarse con un espectáculo de casi hora y media de duración en el que se conjugan el pasado y el presente de su trayectoria escénica, una recuperación de las esencias desarrolladas entre las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado, y las líneas de trabajo de los últimos tiempos.
A sus 78 años, el bailarín, actor, mimo y coreógrafo visitará de nuevo la capital alavesa para expresarse con ese lenguaje único y rico que ha sabido construir a través de escenarios de todo el mundo, una marca de la casa que, como suele suceder en estos casos, nunca deja indiferente a nadie, ya sea para bien (la mayoría de las veces) o para mal.
No hay duda de que es complicado imaginar una despedida mejor en el Principal para un festival que también hoy tendrá otro ojo puesto en el Félix Petite. A las 20.30 horas (igual que mañana), las tablas de Ibaiondo se dejarán llevar por la última producción de Vaivén, que primero se verá en euskera y 24 horas después en castellano.
Eso sí, quien no tenga su entrada en la mano ya puede ir despidiéndose porque no queda ni un solo hueco libre. Cabe recordar, además, que el aforo está reducido en el caso de este montaje, puesto que la compañía tendrá a los espectadores en el propio escenario para introducir al público de lleno en Azken trena Treblinkara/Último tren a Treblinkara. La obra es un homenaje a Janusz Korczak y a los 200 niños judíos que cuidó Varsovia durante la II Guerra Mundial.