BILBAO - Ruper Ordorika (Oñati, 1956) busca refugio en la taberna Guria, un lugar entre real y metafórico en el que logra “hablar con los míos, alejado del ruido y un mundo que miente”. Guria ostatuan (Elkar), su 15º disco de estudio y nuevamente parido en Nueva York, está grabado con contrabajo, el protagonismo de unos teclados soul, una batería que usó Van Morrison y el apoyo en las letras de Sarrionandia, Eva Linazasoro y Gary Snyder. Lo presentará el viernes en el teatro de Ermua y luego viajará a Soraluze, Bilbao, Donostia, Gasteiz y Leioa.
Ordorika nos invita a tomar asiento, a brindar y a escuchar en Guria ostatuan, un disco cuya portada firma el pintor alavés Carmelo Ortiz de Elgea, que expone estos días una retrospectiva en el Bellas Artes bilbaino. El músico euskaldun sintió “la urgencia” de grabarlo en primavera (“asusté a Elkar, la verdad”, reconoció) conjuntando melodías de los dos últimos años con algunas letras con las que batallaba desde hacía más tiempo.
El autor de Ez da posible volvió a coger billete a Nueva York y lo grabó en el Bedford Studio de Brooklyn. Es su cuarta vez; y la octava junto al batería y vibrafonista Kenny Wallace, habitual de John Zorn y que ha tocado con Tom Waits, Bill Frisell o Norah Jones. El equipo transoceánico se completó con el piano y teclados de Jamie Saft y el contrabajo y la guitarra de Tony Scherr. “Como siempre, estas canciones empezaron con mi sparring, Alberto de la Casa, y luego se completaron en Gasteiz, con Arkaitz Miner y sus violines, violas y mandolinas. Él es el responsable de los arreglos orquestales de Hamar negu, un divertimento en el que nos acercamos a la Motown, a lo que oíamos de pequeños”, explicó Ruper.
Guria ostatuan es un disco el que “he trabajado mucho la forma de las canciones, redondeando sus esquinas, que es mi forma de hacer en los últimos tiempos”, explicó Ordorika, que añade novedades en este CD grabado en vivo. “Los músicos no conocían las canciones, que llevé con guión y el tono que quería. Y está grabado con contrabajo, algo que no es anecdótico -según Ruper- porque grabar juntos marca mucho, ya que hay una interacción que conduce el disco”. También incorpora un claro sonido negro y soul en varios temas y “unas guitarras flipantes” del contrabajista. “Tuve cierta sensación de riesgo y vértigo”, reconoció el de Oñati.
puertas y puentes El álbum habla de puertas que se abren y puentes que comunican el río ancho que es la vida; de miedos y dolor; de gente superada y afligida que necesita de un ángel de la guarda; de destrucción de la naturaleza; de refugiados jugándose la vida; de amigos y parejas que ayudan a sobrellevar la existencia? “Habla de la gente que tienes más cerca, de hablar y apartarse del ruido y de un mundo que miente. Desde tu refugio propio, trata desde cosas personales y de la pérdida de la gente que quieres hasta lo difícil que es decir no”, explicó el cantautor.
“Me gustaría pensar que son mis letras más directas porque es mi objetivo como músico en estos momentos, el de tratar de bajar al detalle”, indicó a DNA. “Aunque, a veces, a las canciones les gusta la poesía y no te puedes basar en la mera crónica. Lo he hecho, sí, pero me resulta difícil partir de ahí. Al final, se trata de que sean capaces de comunicar, pasar el puente y que melodías y textos logren el eco”, apostilló.
A las ocho letras de Ruper se unen tres adaptaciones. Joseba Sarrionandia, un habitual, repite con Kontserba fabrikaren aurrean, que intentó “sin éxito” cantar hace dos décadas. El veterano poeta estadounidense Gary Snyder firma Munduko ostatuetan, letra que “me rondaba por la cabeza desde hace mucho y que llevé de Alaska a mi terreno tras lograr su permiso”; y Mare nostrum, de Eva Linazasoro, narra “el viaje de unos inmigrantes” contado por la propia patera. “Cohen decía que jamás había tenido una idea. A veces quieres hacer una canción en torno a una idea y van saliendo aspectos que poco tienen que ver con ella. Con esta última letra y canción, he logrado hablar sin ser juez ni parte”, explicó.
van morrison Guria ostatuan, el refugio de Ruper, es un título que decidió a última hora. Existió en Oñati. “Los de mi generación lo conocemos muy bien, aunque se refiere a ese refugio que necesitamos y que hay en casi todos los lados. En Usurbil, Tolosa, Hernani?”, enumeró. Su autor, que elucubró con grabar en el futuro con un productor ajeno para “llevarme el susto de oír mis canciones”, indicó que en Brooklyn se enteró que la batería con la que se grabó el disco, al igual que el ya viejo Dabilen harria (1998), fue la utilizada en el mítico Astral weeks, de Van Morrison. “Son palabras mayores. Kenny se enteró por la viuda del manager del batería de Morrison”, aclaró.
La presentación del disco en directo se inició el fin de semana pasado en Usurbil y proseguirá este en el teatro de Ermua, el viernes. En diciembre, Ruper actuará el día 3 en el Zinema de Soraluze y en el Kafe Antzokia bilbaino, el 13, mientras que en enero lo hará el día 6 en el teatro Victoria Eugenia donostiarra y el 21 en la Jimmy Jazz de Gasteiz. Las fechas anunciadas se cierran en Leioa, el 5 de febrero.