El arte de Yoko Ono vuelve a estar presente en el panorama mundial. La artista japonesa revive en una exposición de Buenos Aires algunas de las instrucciones que plasmó en su libro Pomelo (Grapefruit) hace medio siglo, como “Pásate una semana riendo”, “Enciende un fósforo y observa hasta que se consuma” o “Escucha las campanadas del reloj”.

En el Museo de Arte Latinoamericano Malba de la capital argentina, se recoge desde el pasado día 23 y hasta el 31 de octubre la exposición Dream come true, donde los visitantes podrán observar la retrospectiva de Ono y sumergirse en más de 80 obras que repasan gran parte de su carrera.

Además de esta actividad contemplativa, el público también se dedicará a “completar” la obra, ya que serán ellos quienes lleven a la práctica las instrucciones que Yoko Ono plasma, de modo que pasarán una semana riendo, encenderán un fósforo y observarán hasta que se consuma o escucharán las campanadas del reloj.

Estas normas que la artista japonesa propone, son una “tautología en sí mismas”, por su “diseño” casi en forma de haiku, ya que recuerda a ese tipo de “poemas breves japoneses”, señala Agustín Pérez Rubio, director artístico del museo y comisario de la exposición, junto con Gunnar B. Kvaran.

Los espectadores de la muestra serán también quienes, con un poco de suerte, podrán escuchar su voz a través del teléfono rojo, en caso de que suene, instalado en el museo, mediante una de las obras que en él se exhiben, titulada Escultura parlante para Argentina.

Sin embargo, esta interpelación al público no termina dentro de las pareces del Malba, sino que las instrucciones de Ono se plasmarán más allá durante todo el tiempo que dure la muestra por medio de los medios de comunicación, Internet, las redes sociales y la vía pública.

una muestra con muchos valores La exposición también acoge un espacio dedicado a la mujer, dado el feminismo que ha defendido siempre la artista, en dos estancias diferentes que invitan, de nuevo, a la participación.

Mi mami es hermosa presenta un lugar que incita al espectador a dejar un recuerdo sobre su propia madre. Por su parte, Arising apela a que las latinoamericanas que hayan sufrido violencia de género dejen tanto su testimonio como una foto de sus ojos.

Pérez Rubio explica que el Malba eligió a Ono, que ahora tiene 83 años, porque, para celebrar el 15 aniversario de la institución, quisieron convocar a una artista que tuviera “niveles éticos profundos” y planteara “una crítica social y política”, además de exponer todo esto en un espacio muy participativo para el público.

“Queríamos que la idea de participación no fuera solamente lúdica sino que hubiera un mensaje, y recuperar el paso de una mujer que defendió muchas causas y darle, en el presente, el lugar que se merece”, explica.

El director comenta esto porque considera que la obra de la japonesa fue “pormenorizada” en muchas ocasiones por su condición de “mujer de”, ya que es conocida por muchos por ser la segunda esposa del músico John Lennon.

La muestra no se centra en su matrimonio con el miembro de The Beatles, pero sí se podrán ver en la exposición obras que realizaron juntos, como la exhibición del vídeo Freedom, dirigido por la célebre pareja en 1970.

Además, como indica el comisario Agustín Pérez, en esta exposición se “erradica el concepto de originalidad”, porque “cada una de las esculturas y de las instrucciones siempre es única e irrepetible”, ya que son los asistentes quienes completan esas obras.

mayor cercanía con la obra Para que este arte esté más cercano y presente tanto para los jóvenes como para el público en general, desde el Malba han decidido reeditar, con el permiso de la artista, 1.000 copias del libro Pomelo, donde Yoko Ono plasmó las instrucciones que ahora se experimentan y se completan en la exposición que tiene lugar en Buenos Aires.

Esta reimpresión, según el director del museo, “tiene una historia curiosa detrás”, ya que la editorial argentina De la Flor fue la primera en publicar el libro en español. Ocurrió en 1970, cuando se publicaron 5.000 ediciones -hoy agotadas- cuya traducción la realizó Susana “Pirí” Lugones, que desapareció en 1977 por la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).

Cuando Yoko Ono se enteró de este suceso, decidió dar los derechos para que se pudiera reeditar y se produjeran otras ediciones. Sin embargo, la artista no pudo asistir a la inauguración de la muestra por motivos de salud, según informó el museo, al no poder afrontar el largo viaje por recomendaciones médicas, ya que a finales de febrero fue hospitalizada con síntomas de gripe y deshidratación.

La exposición, abierta al público hasta el 31 de octubre, se completará con piezas performativas de una hora y media que comenzarán a exhibirse a finales del mes de julio en el Museo de Arte Latinoamericano y se recreará en un diario y en una radio local el festival de danza de trece días ideado por Ono y llamado Do-It-Yourself (Házlo tú mismo).