laura Matamoros, hija del ínclito Kiko y Mariam Flores ha vencido por KO técnico al combatiente y orgulloso Carlos Lozano, que tuvo que soportar una durísima gala de proclamación de Gran Hermano VIP, que ha supuesto una vez más éxito mediático de Mediaset, que explota como nadie la carne humana en programas que giran en torno al concepto y desarrollo de Gran Hermano, lo que supone marear la perdiz, dando vueltas, revueltas y volatines a lo largo de tres largos meses a las miserables condiciones humanas de los destrozados concursantes.
Los enfrentamientos entre Laura y sus familias, con el mediático Kiko en medio alimentando una salsa confeccionada a partir de desnudar el alma, alimentar enfrentamientos y atacar inmisericordemente a todo quisqui, con saña, histeria y malos modos, han marcado el desarrollo de esta edición recién terminada.
Carlos Lozano, que se creía vencedor de una larga batalla de todos contra uno, mudó su rostro y perdió el alma, cuando Jordi, el Gran Jordi de las patosas improvisaciones e involuntarios silencios, pronunció el nombre de Laura, Laura Matamoros, nueva estrella incorporada a la cuadra de Sálvame, Gran Hermano VIP y otros sucedáneos previstos por guionistas y directores de este modo alienante de hacer y consumir tele en esta bendita sociedad de masas.
Lozano que se creía magnífico vencedor tras derrotar a todos sus enemigos, uno a uno, tuvo que doblar la cerviz ante la quisquillosa, mete mierda y guerrera Matamoros, que ha demostrado ser excelente palo, de poderosa astilla paterna, con enemiga Makoke pululando por platos y programas de la cadena amiga. El renacido Lozano, que mantiene los tics que le hicieron acabar mal en este negocio, ha recibido premio de consolación y volverá en Cuatro. El presentador venido a menos recibe las migajas de un cesto de miles de euros que se lleva la niña bien adiestrada, alimentada y dirigida por el papá, que maneja los hilos mediáticos de la familia entera.