michael Jackson fue una estrella desde niño, al frente de The Jackson 5, pero su figura no brilló como propia hasta que grabó Off the wall (Sony Music), en 1979, disco que fundió la música negra (r&b, soul, funk y disco) con el pop y del que se han vendido 30 millones de ejemplares. Sin él, Thriller no hubiera existido. El CD se reedita ahora junto a un clarividente documental realizado por Spike Lee. Off the wall supuso la mayoría de edad para Michael Jackson, aquel niño efervescente, dotado y traumatizado que embelesó al mundo en el tránsito de los 60 a los 70 junto a sus hermanos al son de I want you back y ABC, con el soporte de la discográfica Tamla Motown. Jackson cumplió 21 años en 1979 y, al mismo tiempo, logró asentarse como un compositor y cantante con personalidad propia, al margen del grupo fraterno, aunque ya había editado algunos (olvidables) discos en solitario. Jackson venía de co-protagonizar una adaptación de la película El mago de Oz, con Diana Ross, en la que conoció a Quincy Jones. Inmediatamente le vio como productor de Off the wall a pesar de las reticencias de la discográfica, que prefería a Maurice White (Earth, Wind & Fire) o al dúo Gamble & Huff, especialistas en éxitos r&b. Michael, por entonces todavía propietario de la nariz y el color con los que nació, grabó un disco mítico, el mejor para muchos de sus fans, e inventó el pop contemporáneo.

La reedición del disco original sirve para confirmar su importancia como ariete de la música negra en el ámbito del mercado pop, algo que Jackson propulsó después con Thriller. El disco, que sirvió como influencia a multitud de artistas y abrió el r&b a las listas de ventas, catapultó la fusión de la música negra con el pop comercial. Y lo hizo con canciones irresistibles de ritmo como Don’t stop til you get enough (con una letra altamente sexual), Workin’ day and night y Get on the floor, banda sonora para Fiebre del sábado noche y que revelaba sus paseos nocturnos por Studio 54, discoteca de moda de la época.

El resto del disco alternaba sedosos medios tiempos como Rock with you, con guiños a Chic, con baladas con aire de estándar romántico como She´s out of my life, inicialmente escrita para que la cantara Sinatra, con cesiones de McCartney (la azucarada balada Girlfriend) y Stevie Wonder (I can´t help it) y el tema titular (precuela de Thriller) antes de cerrar con la imparable Burn this disco again, donde propone “bailar hasta quemar esta discoteca”.

Visión de Spike Lee La reedición de este álbum mítico, repleto de secciones rítmicas gozosas, guitarras funk, vientos y cuerdas brillantes, se completa con el DVD Michael Jackson’s journey from Motown to Off the wall, que documenta, con imágenes de archivo y declaraciones de otros artistas y familiares, el tránsito de la estrella infantil a la adulta. Lo firma el gran cineasta Spike Lee, que buscó “hablar con la gente que convivió con él en el estudio y también con aquellos que, varias generaciones después, se vieron influenciados por su música”.

Se refiere a The Weeknd, Pharrell Williams, Kobe Bryant, Mark Ronson, John Legend, Questlove, Joe Jackson, Marlon Jackson, Jackie Jackie? Lee, a quien solo puede reprochársele que obvie los escándalos que Jackson vivió en las últimas décadas de su vida y su cambio de apariencia, documenta con imágenes y declaraciones esclarecedoras el viaje del cantante desde los inicios en Motown a su mayoría de edad en Sony, así como la manera en que forjó su relación con Quincy Jones.

“Cuanto más le conocía, más me fascinaba la idea de trabajar con él”, rememora Jones en el documental, en el que figuras míticas como Sammy Davis Jr compiten con estrellas actuales como Pharrel, para quien “Jackson llevó la música negra a un punto donde se convirtió en música humana; la mía no existiría sin él”. Mark Ronson, productor de Amy Winehouse, explica que “no creo que exista otro disco del que haya sacado más música en mis 20 años como DJ”, en referencia Off the wall, y músicos con pátina intelectual como David Byrne (Talking Heads) indica que “estaba muy lejos de la música disco que publicaba melodías prefabricadas como churros”. Al propio Jackson se le oye decir: “creo profundamente en la perfección, nunca estoy satisfecho”. Esa máxima marcó -para bien y para mal- su carrera? y su vida.