Llodio - Amado Gómez Ugarte nació en Llodio en 1956. Fue, de 1993 hasta 2004, columnista de opinión de diversos periódicos y lleva a sus espaldas la friolera de más de una treintena de premios literarios en poesía (Ciudad de Jumilla), cuento (Jauja, Ciudad de San Sebastián, Julio Cortázar, Clarín, Ciudad de Coria o Ciudad de Peñíscola) y novela (Gabriel Sijé o Casino de Lorca). Sin embargo, no ha perdido ni un ápice de humildad, y su conversación sigue siendo afable, llana y apegada a la tierra. Eso sí. Impregnada de ese aire de confianza ciega en su buen hacer como escritor. “Jamás he recurrido ni voy a recurrir a la autoedición. Eso lo puede hacer cualquiera, no hace falta ser escritor. Todos los trabajos que me han publicado ha sido porque alguna editorial ha confiado en mí”, subraya.

Para muestra un botón. Ahí están La Secana, Para siempre y El vuelo de la Mariposa con Bassarai; El barco varado con Nostrum; El último mono con Verbigracia; el libro de relatos Inframundos con Baile del Sol; o sus novelas en euskera Bidaia ahaztezina, Ni eta nire kontuak y Ni eta nire metroa con Elkar, “que me las han traducido porque loro viejo ya no aprende a hablar”, reconoce.

Ahora acaba de lanzar Los verdes campos con Arte Activo Ediciones. Es la novela, de las doce que lleva publicadas, que “más he disfrutado escribiendo, porque hace reír a carcajadas”, asegura. Sin duda, la mejor terapia, la del sentido del humor, “para poder soportar la realidad que nos ha tocado vivir en este tiempo de continuas malas noticias económicas, políticas, y de violencia, ya sean guerras, terrorismo islámico o hacia las mujeres”, enumera.

Ficción en tiempo real Se trata de una comedia de ficción, situada en un espacio y tiempo histórico real. Concretamente, unos años antes de la llegada de la Segunda República, durante el reinado de Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera. “Mientras en Estados Unidos vivían los locos o felices años 20, en un ambiente de florecimiento cultural, económico y de libertades, que contagió a buena parte de Europa, aquí teníamos una dictadura militar, apoyada por el Rey, un país lleno de caciques, y una Iglesia que dominaba con mano férrea todo el ámbito social. Y ese contraste entre las libertades externas y la cerrazón que aquí se vivía me pareció el perfecto caldo de cultivo para una comedia”, explica Gómez Ugarte que, además, ha escogido las tierras alavesas del Valle de Ayala, y los municipios de Amurrio y Llodio, para ambientar el relato. De hecho, “el paisaje, el de mi valle, se ha convertido en un personaje más, y tan importante, que da nombre al libro. Un lugar idílico de una belleza abrumadora, vivo y verde, y a dos pasos de casa, que me apetecía homenajear”, apunta.

Así, estamos ante una narración universalista, pero en la que se emplean términos localistas. “Un autor inglés pone a sus protagonistas tomando Whisky escocés, los míos le dan al San Roque Gran Quinado y al licor de destilerías Acha, y comen chorizo de Artziniega, morcilla de Llodio y queso de Izoria”, ejemplifica.

Por lo que respecta al resto, por Los verdes campos desfilan personajes históricos reales, tales como Alfonso XIII, el Marqués de Urquijo, o el político republicano Alejandro Lerroux, pero “no son más que decorado que aparece de forma puntual para situar la acción en ese periodo histórico concreto. Los importantes son los que me he inventado”, aclara el autor, en referencia al Conde de Berganza y su familia. Un noble ajeno a su época, ateo irredento y contrario al régimen político, casado con una mujer muy religiosa, la típica beatona hermana de un obispo.

Los condones de París “Todo el mundo me pregunta cómo es posible que este par se entienda, pero precisamente el contraste entre ellos es lo que provoca las situaciones de carcajada. Además, tienen algo que les ayuda a superar esas contradicciones. No solo que el conde aprecie las libertades y asuma que su mujer es diferente y le complementa, sino algo que tiene que ver con una caja de condones que les traen de París”, adelanta Gómez Ugarte, sin querer desentrañar más un relato que deambula entre el realismo y la imaginación, y en el que también adquiere un protagonismo especial la historia de amor entre el administrador de la finca (un soldado alemán herido en la primera guerra mundial) y la institutriz de Rosamar. “La hija del conde que, con solo doce años, recibe su primer beso de amor de manos del hijo del Marqués de la Secana. Un guiño a mi primera novela, y la verdadera protagonista de esta historia, la que nos transporta, junto a su prima Collette llegada de París, a un mundo lleno de magia y onirismo”, reconoce el escritor.

También están el hijo romántico que lee poesía, y el hermano antagónico “al que se le van las manos detrás de las criadas”; así como la recepción oficial a Alfonso XIII, organizada por el Marqués de Urquijo en Llodio, que “le trae al Conde de Berganza muchos disgustos y al lector la carcajada”. No en vano, éste sabiendo que el marqués va a presumir de sus gallinas llodianas, no se le ocurre otra cosa que obsequiar al Rey con una extraña rata verde que aparece en sus tierras. Los insultos por parte de los partidarios monárquicos le empezarán a caer como agua de lluvia, mientras se convierte en un héroe para los republicanos.

En definitiva, una novela llena de humor e ironía que llegará a las 19.00 horas del 20 de enero a la sala multiusos de la Herriko Plaza de Llodio. “Me acompañarán Iñigo Bilbao y el director de cine Luis Vil, con quienes he hecho una colaboración en el largometraje Escisión. Me apetecía presentar la novela con gente que no fuera del mundo literario, pero sí del arte, y que tienen mucho que aportar”, sentencia el autor, que ya está terminando una nueva novela de relaciones personales, ambientada en la actualidad, que “no tiene nada que ver con Los verdes campos”, adelanta; cuando recién acaba de sacar al mercado “otra antología de cuentos de Navidad, con una editorial de Valladolid, en la que he colaborado junto a otros escritores como Pedro Ugarte”, apostilla.