agurain - Tras Wouiwre, el historiador, periodista y escritor Fernando Sánchez Aranaz vuelve a la novela. Lo hace con Iñigo de Loiola. Tribulaciones entre Navarra y Roma (Nabarralde), un título que, tras pasar por la reciente Azoka de Durango, se presentará hoy en Vitoria. Será, en concreto, en la librería Mara-Mara a partir de las 19.00 horas, donde el autor se reunirá con los lectores acompañado por el editor Angel Rekalde y el director de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, Julio Iturri.
Será el último paso de un recorrido que empezó en Durango hace un par de años, cuando Sánchez Aranaz presentó La batalla de Vitoria. “Desde Nabarralde me comentaron que mucha gente les decía que estaban muy bien sus libros de historia pero que nunca hacían nada de ficción”. La propuesta estaba sobre la mesa, por tanto. “Estaba por entonces, y sigo en ello, recopilando datos sobre un posible trabajo acerca de la Compañía de Jesús, y me encontré con un personaje, Miguel de Landibar, que era el criado de Francisco de Xabier cuando era estudiante en París, un hombre que tuvo unas relaciones con Iñigo de Loiola un tanto... fluctuantes, por así decirlo”.
En el año 1553, Loiola y Landibar mantuvieron un encuentro, una entrevista de cinco días que Sánchez Aranaz que aprovecha para generar la parte de ficción de esta novela de intriga. “A lo largo de esa conversación, cada uno de ellos va revisando su biografía, echando la vista atrás de qué han hecho, cómo empezaron... Son como dos biografías paralelas que se van contando” en el marco de una trama de la que el creador prefiere no dar demasiadas pistas para que sea el lector quien haga sus propios descubrimientos.
En el transcurso de esa mirada al pasado aparecen, por ejemplo, las guerras de la conquista de Navarra, hecho que tiene su peso dentro del argumento de esta novela histórica. “Para mí, como hacen algunos escritores y escritoras, la novela histórica no es situar una acción en una época determinada, dar los datos de lo que pasaba en aquel momento y los personajes que estaban; en mi caso, y sin que suene a crítica, es partir de la historia, con lo que sabemos, e ir rellenando los huecos” más allá de que sea necesario crear una trama para hilarlo todo dentro de la ficción. “De Iñigo de Loiola hay mucha información. Se conservan, por citar un dato, 7.000 cartas suyas”. Aún así, le costó decidirse a dar forma a su biografía, algo que al final hizo después de que le insistieran mucho. “Empezó a dictársela a su secretario un 5 de agosto sin razón aparente”, lo que le sirve a Sánchez Aranaz como excusa perfecta.
Mientras sigue recopilando hechos, nombres y datos para ese futuro trabajo sobre la Compañía de Jesús, el autor resalta que, sin embargo, de la vida de Landibar, su otro protagonista, poco se conoce. Es más, aunque él se decía de Pamplona, el autor piensa que su origen estaba más en el Baztan, incluso que podría ser un agote. “Hay un periodo entre el 39 y el 53 que no se sabe nada de él y es ahí donde entra en juego la ficción”, sin perder de vista los acontecimientos históricos reales y la evolución de las ciudades como París o Roma.
De todas formas, el libro no quiere ser otra cosa que “una reflexión sobre el pasado de cada persona, sobre cómo asumimos lo que hemos hecho en la vida, lo bueno y lo malo”, explica Sánchez Aranaz, que entre las manos tiene otros proyectos para publicar en el futuro, en algunos casos también de ficción, en otros no.