MADRID. "Es muy difícil el perdón sin el olvido", ha señalado este jueves durante una entrevista concedida a Europa Press el director, quien está convencido de que "uno de los temas que están ahora por delante después del fin de la violencia es cómo volver a la normalidad, tanto de las víctimas como por los verdugos". "Siempre existe esa disyuntiva: *Qué es lo primero, el perdón o el olvido? Lo uno sin lo otro es muy difícil", recalca.

La película está protagonizada por Eduard Fernández, quien da vida a un preso etarra que sale de la cárcel y se marcha a vivir a la costa de Almería. Allí vive una médico y madre de familia, interpretada por Elena Anaya, a quien le une un pasado que lleva más de dos décadas intentando abandonar en el olvido.

Uribe (El Salvador, 1950) ha comentado en diversas ocasiones ante la prensa que con esta película ha tenido la sensación de cruzar "un campo de minas". Según recalca, es un tema delicado del que hay que hablar. "Hace solo cuatro años que terminó la violencia y aún es pronto, hay mucho dolor y sufrimiento, y esto produce muchas reacciones. Tenía la necesidad de hablar del tema pero no herir inútilmente ni tampoco autocensurarme", ha dicho.

El cineasta considera que hablar de cosas que afectan de una manera tan profunda y que están de actualidad siempre ha sido complicado. Antes la violencia estaba en "activo" y la realidad era "cambiante", porque la situación política podía cambiar radicalmente en pocos meses. Ahora, además, existe un factor añadido, puesto que da un paso más y aborda el "dolor de las víctimas".

Según ha relatado, siempre tuvo ganas de abordar las consecuencias de la violencia a nivel particular, personal e íntimo, no político, tanto desde la perspectiva de quien pasa a formar parte en su juventud de un movimiento violento, como de las víctimas a las que estos actos violentos cambiaron la vida. "Algo que se hace en un momento tiene consecuencias que nunca se acaban", ha señalado respecto al punto de partida del filme.

Uribe ha filmado cuatro o cinco películas que abordan la violencia en Euskadi, directamente o "de refilón", y es un tema por el que mantiene interés. Hubo un momento en el que, según reconoce, se obsesionó. Ahora, prefiere ser prudente y no hablar sobre sus futuros proyectos, por lo que no descarta volver a indagar desde algún punto el problema de la violencia en el País Vasco.

FRAUDE DE LAS SUBVENCIONES

En cuanto a los casos de fraude en las subvenciones a la producción cinematográfica que se investigan actualmente, Uribe está convencido de que se trata de "casos aislados". Sin embargo, prefiere quitar hierro a esto, porque cree que no tiene "nada que ver con otro tipo de cosas" que se en España y afirma que "ha sido una cosa mínima en cualquier caso".

En este sentido, ha destacado que el caso del expresidente de la Academia de Cine Enrique González Macho le ha afectado especialmente y le ha producido "mucho dolor", puesto que produjo algunas de sus películas. "Se ha cometido una injusticia tremenda, no me entra en la cabeza, pongo la mano en el fuego por Enrique, tiene una trayectoria impecable en el cine español. Hay que dejarle que se defienda antes de decir nada, oírle hablar y que se explique", ha dicho el cineasta.

Uribe envió un mensaje de apoyo a González Macho y el productor y exhibidor le contestó que estaba muy afectado porque la gente le había "condenado sin ecucharle", según ha recordado.