Gasteiz - Desde hace once ediciones, el Festival Internacional de Teatro de Gasteiz desarrolla junto a Paraíso el Proyecto Bebés, un ciclo que dentro del certamen toma el escenario del Federico García Lorca, en el centro cívico Lakua, para encontrarse con los espectadores hasta 3 años. Lo que en su momento fue una idea pionera hoy ya está más extendida por otras ciudades, aunque Pilar López, coordinadora de la compañía de Abetxuko, advierte que todavía hay artistas y programadores que se sorprenden.
Cuatro son las propuestas de esta cuadragésima edición del festival, aunque no quedan entradas desde hace tiempo (los aforos son reducidos). Así que ya se sabe que van a ser 750 las personas que disfruten a lo largo de este fin de semana y el próximo de la instalación Aupapá de los asturianos Zig Zag Danza y los montajes Fil de faire de los franceses A suivre, Nidos de los vallisoletanos Teloncillo Teatro y Nest de los belgas Theater de Spiegel. “Es una programación diversa y equilibrada”, apunta López. Eso sí, en esta ocasión no se van a organizar talleres como otras veces por una sencilla razón: no hay dinero.
Eso sí, el tema económico va más allá de este hecho, puntual pero significativo. El Proyecto Bebés se encuentra dentro de la labor que realiza al cabo del año KunArte, Centro de Innovación Artística para la Pequeña Infancia, un camino ahora acompañado por el programa europeo Small Size, Performing Arts for Early Years del que Paraíso forma parte junto a una quincena de iniciativas del Viejo Continente. Eso sí, el trabajo del grupo de Abetxuko es el único que se desarrolla sin el respaldo del gobierno regional de turno ya que, como es sabido, el Ejecutivo de Iñigo Urkullu ha negado este año a la compañía alavesa la ayuda para este fin. “Podemos seguir con actividades como la que desarrollamos en el festival gracias al Ayuntamiento”, agradece López, que no puede esconder su amargura ante otros comportamientos al tiempo que recuerda, con números, el retorno económico que para el ámbito local tiene el hecho de estar bajo el paraguas de una acción europea de este tipo.
De todas formas, más allá de estas cuestiones, se encuentra el trabajo diario con los espectadores que no son del mañana, sino que lo soy hoy, pequeños “ciudadanos y ciudadanas” curiosos y activos a los que no hay que mirar por encima sino “directamente a los ojos”.