Llevada a cabo a través de diferentes fórmulas, desde hace siete años la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco y el centro cultural Montehermoso vienen manteniendo una relación estable, a pesar de las restricciones económicas. Un trabajo conjunto que se traduce desde hace tres años en el encuentro de jóvenes creadores con el público de la capital alavesa, artistas en sus últimas fases de profesionalización que son seleccionados a través de una convocatoria a la que en este 2015 se han presentado 26 propuestas. Al final, eso sí, son seis los creadores que conforman la exposición que en lo alto de la colina se abre hoy, permaneciendo abierta hasta el próximo 6 de septiembre. Aztarnak/Rastros es el nombre genérico de la muestra y aunque el concepto puede atravesar varias de las propuestas, en realidad no se trata tanto de un trabajo colectivo bajo un presupuesto determinado sino una reunión de proyectos distintos en forma y fondo.
Asensio Martínez Soler, Nerea de Diego, Karla Tobar, Aranzazu Temprano, Maite Pinto y la gasteiztarra Miriam Isasi son los protagonistas de una exposición comisariada por Haizea Barcenilla en la que escultura, fotografía, vídeo, pintura... se ponen al servicio de discursos que se presentan bajo un recorrido determinado con intención.
Los primeros pasos, de hecho, son a través de LTFS 10/10 de Temprano, una traslación de los procesos naturales en las siluetas de los montes situados en la costa al material cerámico para “establecer una unión directa entre el entorno y el material físico de trabajo”. De ahí, Pinto, en Revelar, da una vuelta a las fotografías familiares antiguas a las que somete a un proceso que termina por presentar imágenes abiertas a cualquier interpretación.
Tras ellas, De Diego, en Puesta en escena de la colección (esplendor), genera una amplia instalación en la que cualquier objeto, imagen o artículo se pone al servicio de su investigación sobre el fervor religioso. En una sala aparte, Tobar muestra, en <scanning-echoes>, su interés por el concepto de la obsolescencia programada reutilizando tecnología en apariencia convertida en residuo prescindible que, sin embargo, parece convertirse en una orquesta con sonido propio.
En la última sala, es Isasi quien aparece en primer lugar con No existe delito en los procesos naturales, un trabajo de campo en el que la gasteiztarra ha utilizado abejas colocadas cerca de plantaciones de adormideras (utilizadas por las farmacéuticas para obtener una determinada droga) y tener así una miel, por así decirlo, especial. Cierra el camino, ¡Grane caballo mío, a ti te saludo! de Martínez, donde escenografía e instalación se ponen al servicio de la búsqueda de la obra de arte total.
Desde estas seis perspectivas se compone la muestra nacida de una convocatoria anual para la que se destinan 3.600 euros. “La intención pasa por exponer pero también por hacerlo en unas condiciones mínimamente dignas”, expresó Natxo Rodríguez, profesor de Bellas Artes, quien recordó que la relación de la facultad con la capital alavesa es la más estable de las que se producen en Euskadi. “Esperemos que se mantenga la colaboración con Montehermoso porque en esta nueva etapa es necesario reivindicar para salir reforzados” ante la precariedad derivada de la crisis económica. En este sentido, el nuevo concejal de Cultura, Educación y Deporte, Iñaki Prusilla, destacó la importancia de este vínculo con la universidad, sobre todo por lo que supone de “apoyo” a al futuro de la creación vasca. Por eso, se comprometió a seguir dando pasos, aunque sin perder de vista los condicionantes del presupuesto municipal actual.