GRANADA. Según consta como probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a la tarde del 10 de junio de 2013, cuando Flores, sin antecedentes penales, se encontraba en el hospital, donde su madre estaba ingresada en una habitación de la planta tercera.
Allí la funcionaria ejercía sus funciones como enfermera vestida de uniforme e identificada como tal atendiendo a los pacientes, y, cuando se encontraba preparando la medicación, el acusado, que paseaba con su madre por el pasillo, se le acercó diciéndole "qué pasa guapa", pero la mujer siguió con su trabajo.
No obstante, cuando volvieron a coincidir en el pasillo, Flores ya le dijo a la funcionaria "esta tarde me comes la polla" y le instó a que se metieran en un cuarto. Luego, al encontrarse cerca del office, le amenazó afirmando "te vas a enterar cuando salgas".
También le advirtió de que la iba esperar fuera y le iba a destrozar la cara, y le llegó a agarrar del hombro para acercarla pero, al zafarse ella, el inculpado intentó morderle en la mano.
Tras estos hechos la enfermera llamó al supervisor de guardia, a la Policía y a los vigilantes de seguridad, que se personaron y acompañaron a Flores hasta la salida del hospital.
A consecuencia de lo ocurrido, la mujer tuvo una reagudización de un cuadro psicológico depresivo precedente que origina, entre otros rasgos, una búsqueda activa de evitación de conflictos y problemas. Sufre asimismo un estado emocional caracterizado por tristeza, indefensión, estado de alerta y disminución de su percepción de control, y percepción de amenaza a su integridad física.
Flores acusó a la enfermera de una falta de injurias y otra de maltrato de obra, pero el juez ha considerado que no está acreditado que lo insultara, golpeara o empujara, con lo que absuelve a la mujer de estos cargos.
La Fiscalía pedía inicialmente para él una pena de un año y nueve meses de prisión y una multa por un delito de atentado a agentes de autoridad y una falta de maltrato de obra.
No obstante, el magistrado Antonio Aguilera le absuelve de la falta pero le condena por el delito de atentado, a un año de prisión, además de al pago de la mitad de las costas procesales y de una indemnización de 1.000 euros por daño moral a la víctima, en una sentencia contra la que cabe recurso ante la Audiencia Provincial.
Tras el fallo, la enfermera ha animado a todas las personas que sufran hechos de estas características en el ejercicio de sus funciones a que "no tengan miedo" a denunciar este tipo de "vejaciones horribles.