Vitoria - Aunque los irreductibles estiraron el paso por Mendizabala en las carpas de los Dj hasta que la mañana del domingo empezó a llamar a la puerta, la decimocuarta edición del Azkena Rock Festival ya es historia. Eso sí, antes de empezar a mirar a 2016, es el momento de hacer balance cuantitativo y cualitativo de un certamen que, a grandes rasgos, ha mantenido las característica de sus dos anteriores entregas, más allá de la buena noticia que ha supuesto recuperar el escenario del mediodía en la Virgen Blanca.

En lo que se refiere a los números, según los datos oficiales facilitados ayer por la promotora vasca Last Tour International, el evento se cierra con un total de 26.341 asistentes, frente a los 26.032 de hace justo un año, lo que habla, más allá del pequeño incremento, de la fidelidad que el público muestra para con la cita gasteiztarra. Como hace doce meses, el viernes fue el día de mayor volumen de gente con 13.915 espectadores, recibiendo el sábado a 12.426 personas.

Ellos y ellas pusieron a prueba a un recinto que presentaba distintas novedades, empezando por la nueva ubicación del camping, que agotó su capacidad. De todas formas, la organización tendrá que tomar nota de las quejas que se han producido en torno al sonido que ofreció el primer escenario en la jornada inaugural (solucionados el sábado) y sobre diferentes servicios. Nada es perfecto, pero todo tiene solución.

Más allá de eso y sin incidencias reseñables, el festival se ha podido desarrollar este año incluso con buen tiempo, aunque habrá que ver si en el futuro se mantiene la idea de quitar la carpa del segundo escenario, sobre todo con peligro de tormentas.

La música Con casi una treintena de conciertos en menos de 48 es evidente que ha habido de todo. Los mismos Sven Hammond que el primer día salieron perjudicados por el sonido de las tablas BB King, el sábado al mediodía hicieron que una Virgen Blanca abarrotada se lo pasase en grande. Todo ello sabiendo, además, que la familia azkenera es muy heterogénea.

Aún así, hay que reconocer que el cartel de este año ha demostrado estar un par de peldaños por encima de las dos ediciones precedentes. Kvelertak, Cracker, L7 y JD McPherson han dejado las mejores sensaciones, aunque esta lista podría ser tal vez más amplia si algunas actuaciones se pudieran haber visto completas, algo imposible por los solapes de varias actuaciones.

Sin grandes decepciones y con un nivel medio bastante apreciable, el festival ha cumplido las expectativas, aunque ahora ya es tiempo de ponerse manos a la obra para construir el Azkena Rock de 2016.