Con el recuperado escenario de la Virgen Blanca dominado por Sven Hammond, y con otras citas repartidas por el centro de la ciudad como el Txuleta & Rock, el ARF entró ayer en su segunda y última jornada. Sin demasiado tiempo para recuperar muchas fuerzas, el festival puso rápido sus ojos en Mendizabala, donde a las 17.00 horas se volvieron a abrir las puertas del recinto.
Con poco público a primera hora, aunque luego fue aumentando sin dar la sensación de llegar a las cotas del viernes, los asturianos Black Horde fueron los encargados de poner en marcha la última tarde. Bueno, en realidad, lo fue la versión en euskera del Eres tú de Mocedades, tema que el trío eligió como introducción para una actuación cargada de ironía. Tal vez lo que ellos no sepan es que no es la primera vez que este tema suena en el ARF. El Vez se les adelantó hace unos años. Fue en una actuación corta pero intensa bajo un sol de justicia. Especial, porque no se puede calificar de otra manera, fue la propuesta que desde el primer escenario hicieron los norteamericanos PowerSolo después. Singular y loca ya que su sello característico pasa por completo de formalismos e ideas establecidas a priori. Y ya se sabe que ante apuestas como la suya, el personal se divide en dos, aunque la banda hizo buenos amigos en el recinto.
Tras ellos llegó el primer solape de la tarde entre los catalanes The Outside Hours, ganadores del concurso que el Azkena ha hecho por primera vez este año a nivel estatal, y los Eagles of Death Metal en su regreso a Mendizabala nueve años después. Aunque más de uno intentó hacer equilibrismos para poder catar algo de las dos propuestas, los primeros salieron algo perjudicados (poco público), aunque su estreno en el País Vasco debe tener una segunda parte dentro de no mucho. En cuanto a los norteamericanos, Jesse Hughes (sus juegos y postureos) y los suyos se lo pasaron en grande aunque con esta banda siempre da la sensación de que podría dar más de sí. Su relevo lo tomaron Cracker y los de California cambiaron el ritmo, sabiendo tratar a la música con la delicadeza y la dureza que pedía en cada momento. Eso sí, por momentos, lo suyo suena a ya escuchado.
En ese instante, cuando los relojes marcaron las 21.00 horas llegó uno de los momentos más complicados de esta decimocuarta edición del ARF, una disyuntiva dolorosa para muchos, que no entendieron la coincidencia de estos dos conciertos. A un lado, Reigning Sound, que, dentro de lo poco que se les pudo ver en el tercer escenario, tuvieron instantes de gran lucidez. Al otro, Red Fang, que decidieron desde el principio salir a Mendizabala con la intención de no dejar títere con cabeza. No por nada su concierto era uno de los más esperados de esta segunda jornada. El cuarteto está en un estado de gracia evidente que en directo se multiplica todavía más.
A partir de ahí, se hicieron presentes sus colegas de Mastodon, aunque su concierto se fue desarrollando cuando la edición de este periódico se estaba cerrando para convertirse en papel, así que tiempo habrá mañana de contar lo que sucedió con exactitud sobre el escenario BB King. Igual que con lo que pasó después de la mano de Off!, Ocean Colour Scene, John Paul Keith, Kvelertak y Woven Hand.