Santiago de Chile - El cineasta chileno Miguel Littin, que esta semana estrena en Chile el filme Allende en su laberinto, en el que retrata las últimas siete horas del presidente en el palacio de La Moneda, confesó en una entrevista que empezó a idear la película el mismo día del golpe militar. “Fue cuando aún estábamos arrasados de dolor por la derrota, por la muerte de Allende, por la muerte de tantos chilenos. Se habían caído nuestros sueños, destrozado nuestras utopías. En ese momento escribí las primeras ideas, las primeras imágenes”, explicó.

La idea le rondó en la cabeza desde el mismo septiembre de 1973, cuando el golpe militar encabezado por Augusto Pinochet significó el derrocamiento y la muerte del primer presidente socialista chileno, tres años después de ser elegido. El también autor de El Chacal de Nahueltoro o Sandino, entre otras películas, admitió que durante mucho tiempo no encontró el valor para embarcarse en este proyecto y el proyecto siguió alojado en su cabeza durante más de 40 años. “Yo no sentía la suficiente madurez como para enfrentar algo que me producía mucho dolor”, confesó. “Entonces llegué a esta edad (72), consideré que no podía esperar más y la hice”, aseguró el director, que fue amigo personal de Salvador Allende.

Para concretar el proyecto, Littin entrevistó a personas que se encontraban el 11 de septiembre de 1973 en el palacio de La Moneda, como los miembros del Grupo de Amigos del Presidente (GAP), la guardia personal del derrocado mandatario, asesores y colaboradores que le acompañaron en esos aciagos momentos. “Desde 1974 vengo haciendo entrevistas a gente que sobrevivió al golpe, gente que estuvo hasta los últimos momentos con Allende”. El trabajo de documentación, sin embargo, lo terminó en los últimos dos años, cuando decidió concretar el proyecto. “En ese momento sentí que era el minuto para hacer el guión para esta película”, dice. Littin se sabe todos los testimonios de sus entrevistados de memoria de tanto que los ha escuchado.

En esencia Daniel Muñoz, un popular actor y músico chileno, fue seleccionado para interpretar a Salvador Allende. El mítico discurso pronunciado por el presidente socialista minutos antes de su muerte no fue incluido en el filme con la voz original, sino que es el actor quien se hace cargo. “Daniel entró y lo hizo todo de una sola vez, sin cortes. No lo repetí, él lo integró a sus propias pausas, a su propia respiración, de forma increíble. Me olvidé que era un actor”, recuerda Littin.

La grabación de la película no ha estado exenta de polémica. Durante el rodaje, Littin solicitó permiso para grabar dentro del palacio de La Moneda al anterior Gobierno, encabezado por el conservador Sebastián Piñera (2010-2014). “Primero me dijeron que sí y luego no hubo respuesta”. Finalmente, el gobierno de Michelle Bachelet concedió los permisos correspondientes para rodar dos días dentro del palacio. Littin sostiene que su filme tiene una mirada distinta. “Se han hecho documentales, tomas fotográficas, con testimonios de personas que cuentan lo que vieron por televisión, sin ninguna interpretación profunda y analítica del personaje, sin dilucidar la disyuntiva de lo que él llamó la vía chilena al socialismo”. Según el cineasta, “es un hecho que el golpe militar es un episodio histórico que dividió para siempre a Chile” y es por eso que decidió hacer ahora esta película.