Gasteiz - La violencia y sus distintas caras es una temática que Traspasos ha tocado de manera directa y descarnada en no pocos de sus montajes. Ahora, es el maltrato hacia las mujeres lo que reclama la atención de la compañía alavesa, pero lo hace de una manera distinta tanto en la forma como en el fondo. No se trata, en esta ocasión, de producir un espectáculo al uso, sino una campaña compuesta por escenas breve pero impactantes que tienen como protagonistas y destinatarios a los jóvenes.
A golpe de palabra, que cuenta con la colaboración del Instituto Foral de la Juventud, presenta distintas situaciones en las que la violencia, sea física o psicológica, contra ellas no ha llegado a estallar del todo todavía, pero sí empieza a lanzar sus envites iniciales, síntomas claros de lo que sucederá después. Son detalles, comportamientos, gestos que son claros y evidentes pero a los que en muchas ocasiones no se les da importancia, ni desde dentro de la pareja ni desde fuera.
Tres actrices y otros tantos actores jóvenes se encargarán hasta el 25 de abril de desarrollar un programa en el que Traspasos ha contado con la colaboración de diferentes profesionales para poder armar su iniciativa, un proyecto que busca sensibilizar y concienciar mirando, sobre todo, a las personas de entre 12 y 18 años.
Una veintena de centros escolares de distintas partes del territorio serán los escenarios de esta apuesta. En estas citas, se dispondrá una escenografía sencilla pero significativa en la que se irán sucediendo las escenas “con un ritmo cercano al de la televisión”, explica Mikel Gómez de Segura, director de Traspasos. Eso sí, ahí no quedará la cosa. También se llevarán a cabo intervenciones en bares, cafeterías y en el tranvía de Vitoria, aunque en estos casos no habrá ningún elemento que indique que lo que se está viendo es una dramaturgia preparada y ensayada. “Ahí, ya veremos qué pasa”, sonríe el responsable de la compañía. Todo ello para intentar aportar un grano de arena a una situación como la del maltrato que, según las estadísticas, todavía parece contar con algo más que tolerancia entre los jóvenes.