Vitoria, 13 mar (EFE). Marisa Oropesa, la comisaria de la muestra "Menchu Gal, imágenes de una vida", que se ha inaugurado hoy en la sala Fundación Caja Vital, ha destacado de esta pintora nacida en Irun en 1919 el espíritu y la esencia que captó de los personajes que retrató, principalmente mujeres representadas "con fuerza y elegancia".

Menchu Gal fue la primera mujer que obtuvo el Premio Nacional de Pintura, en 1959. Empezó sus estudios pictóricos a los siete años, a los trece se instaló en París y luego regresó a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando a Madrid.

Pero la Guerra Civil española le obligó a refugiarse en Francia. Allí siguió pintando y se dejó influir por los movimientos creativos de esos años pero sin abandonar su estilo propio y único, ha destacado Oropesa durante la presentación de la exposición, que permanecerá abierta hasta el 14 de mayo.

Gal estuvo presente en todas las citas artísticas importantes de las décadas de los años 40, 50 y 60 del pasado siglo pero evitó vincularse a los estilos pictóricos que surgían, por lo que sus obras son inconfundibles y sobre todo llenas de color.

El paisaje fue una de las modalidades que más practicó esta artista, que plasmó de forma especial los de Castilla tras las enseñanzas de Benjamín Palencia, pero no se olvidó de la mirada de su tierra y del mar.

Según la comisaria, en sus bodegones se aprecia la paleta "pulcra y luminosa" característica de la artista, además de los colores y arabescos que los llena de vida.En los retratos destacan las gamas del colorido empleado y su afán por captar lo aparentemente invisible y el "alma" del protagonista.

En sus pinturas de interiores, Menchu Gal muestra la realidad cotidiana y la intimidad del hogar con "extremada delicadeza y calma".