MADRID. El de Goytisolo será el primer Premio Cervantes que entregue el Rey Felipe VI como monarca, aunque ya en otras dos ocasiones anteriores, en las ediciones de 2011 y 2012, lo hizo en sustitución de su padre, el Rey Juan Carlos I cuando éste se encontraba convaleciente.

Tras siete votaciones sucesivas, el jurado de este premio, que concede el Ministerio español de Educación, Cultura y Deporte y que está dotado con 125.000 euros (154.814 dólares), ha decidido otorgar el galardón a este escritor e intelectual, uno de los grandes nombres de la tradición narrativa en lengua española.

El jurado, cuyo fallo dio a conocer en rueda de prensa el ministro español de Cultura, José Ignacio Wert, designó a Goytisolo por "su capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas desarrolladas en diversos géneros literarios; por su voluntad de integrar a las dos orillas, a la tradición heterodoxa española y por su apuesta permanente por el diálogo intercultural".

Juan Goytisolo está considerado un "interlocutor entre la cultura europea y la islámica"; no en vano, vive en Marraquech desde los años ochenta. Pero antes, sus pasos le llevaron a Estados Unidos, donde dio clases en California, Boston y Nueva York.

Ha sido en Marraquech donde el escritor recibió de Wert la noticia del premio, según explicó el ministro, que señaló que el flamante Cervantes 2014 no se encontraba hoy en muy buenas condiciones físicas, aunque "por un resfriado, nada serio".

El presidente del jurado, José Manuel Caballero Bonald, premio Cervantes 2012, aseguró que Juan Goytisolo es "una de las cumbres literarias españolas desde la posguerra", un escritor que evolucionó desde el realismo social a la indagación del lenguaje, lo que le ha llevado a ocupar "un lugar ineludible" en las letras hispanas.

También resaltó su personalidad y le definió como un escritor preocupado por la heterodoxia y por el diálogo con las diferentes culturas del Mediterráneo: "Un intelectual realmente cabal", destacó Caballero Bonald.

Goytisolo lleva una vida nómada y universal que también se refleja en su literatura. Carlos Fuentes le consideraba como "uno de los mejores escritores del mundo", y él mismo se ha clasificado como alguien "anómalo como todo creador" y de "nacionalidad cervantina".

Nacido en el seno de una familia vasco-cubana, Juan es hermano del poeta José Agustín Goytisolo, fallecido en 1999 y del también escritor y académico Luis Goytisolo.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona, tras la publicación de sus dos primeras novelas, "Juegos de manos" (1954) y "Duelo en el Paraíso" (1955), Juan Goytisolo se marcho a París, donde estuvo hasta 1969.

Allí conoció a la fallecida Monique Lange, la novelista y guionista con quien se casó en 1978 y quien introdujo en Francia a autores como Luis Goytisolo o Jesús Fernández Santos.

Autor de más de cincuenta títulos, la mayoría traducidos al inglés, Juan Goytisolo cultiva la novela, el ensayo, la literatura de viajes, el cuento y las memorias.

Una creación marcada siempre por el compromiso y la libertad, en la que destacan títulos como "Fin de fiesta" y una de sus obras míticas y de mayor impacto "Señas de identidad", y tras de ellas "Juan sin tierra", "Disidencias", "Makbara", "Paisajes después de una batalla" o "Coto vedado", donde habla abiertamente de su homosexualidad.

El Premio Cervantes pone el broche de oro a la carrera de este autor, reconocido por galardones como el Nacional de las Letras, el Premio Formentor, el Europalia de Literatura, el Octavio Paz, el Juan Rulfo de Guadalajara (México); el Rachid Mimumi de París a la tolerancia y a la libertad, y el Nelly-Sachs.

Con este fallo se ha cumplido de nuevo la tradición no escrita que reparte alternativamente el galardón entre Latinoamérica y España, después de que en 2013 lo ganara la mexicana Elena Poniatowska.

La escritora mexicana, miembro del jurado que concedió el premio, dijo que Goytisolo es un hombre en el que se puede confiar "por su autenticidad".

"Es a veces tan auténtico como la duquesa de Alba", bromeó Poniatowska, que rememoró una visita que hizo con Goytisolo a unas pirámides de México y tras la que el premiado le comentó: "Es más difícil subir a las pirámides que una noche de amor".