Madrid - La república del creador gasteiztarra Juan Luis Moraza plantea en el Reina Sofía el museo como un espacio de convergencia entre el ciudadano-artista y el espectador-ciudadano, a través de una amplia selección de obras realizadas desde 1974 hasta la actualidad. Con puntos de vista complejos y técnicas que van desde la escultura al vídeo o la instalación, Moraza crea su hipotético museo dentro del museo y reflexiona sobre el propio espacio expositivo y la materialización de las ideas.

La exposición es el resultado de un trabajo conjunto entre el artista y el subdirector del Reina Sofía, Joao Fernandes, quienes han estructurado el recorrido en áreas que examinan el museo como sistema de convenciones y posibilidades de ciudadanía. Para el alavés, la cuestión pública no es un asunto meramente político, sino antropológico, que atañe a la constitución de la propia subjetividad. Por ello, en la muestra es fundamental la interpretación que de ella haga el espectador al entrar en “la república de Moraza”, un espacio de interpretación y transformación entendido como sistema de participación.

Con proyectos como Repercusiones, Implejidades y Software, la exposición “tiene algo de biografía”, en opinión de Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, para quien la complejidad y diversidad de registros de este artista hace necesaria esta visión más completa de su trabajo. “La exposición tiene algo de colectivo ya que no parece que haya un solo artista”, y esto responde “a la idea de crisis, de cambio que está vinculada a sus diferentes formas de trabajar”. Este elemento de crisis “esta presente en todo el proyecto moderno desde el siglo XVI, que se va reinventando continuamente a través de las crisis”, según el director, para quien la propuesta de Moraza es “interesante y arriesgada”.

El arte de Moraza “parte de la cosa pública y la república es el proceso germinal de esta exposición ya que el museo moderno es una consecuencia de la república”. En su trayectoria, según Fernandes, “siempre se ha interrogado sobre el arte y sus mecanismos de representación”. Así se refleja en la instalación formada por marcos de cuadros rotos o por los pedestales mostrados a lo largo de la muestra, “procesos de trabajo con los que ha interrogado la historia y el presente de hacer arte”.

Sobre el título de la exposición, Moraza recordó que cuando lo puso hace tres años “no pensaba que los acontecimientos ocurridos en nuestro país pusieran tan de actualidad esta palabra”. La idea de república como “descentralización del cuerpo” responde a la noción de crisis vinculada con la representación, como sinónimo de parlamento”, comentó y consideró la crisis como algo bello “ya que es el momento de la decisión”.

El Museo Moraza está compuesto por otros museos como el Museo de la Participación, en el que el espectador-ciudadano encuentra urnas de votación, formularios de sondeos sobre el artista ideal o una propuesta de uso de sus impuestos; el Museo Simbólico, en el que se examina la noción y los usos del monumento que cuestiona a partir, por ejemplo, de la altura de los tacones que forman una gran instalación. En su Museo Demográfico la natalidad y sus controles están presentes a través de elementos relacionados con el cuerpo humano, la medicina y la vida, mientras que su Museo Antrópico lo protagonizan los cerebros reptilianos. - Efe