El maestro madrileño José Ramón Encinar es colaborador asiduo de la OSE. Sin ir más lejos, en agosto dirigió a la orquesta en la interpretación de La Boheme durante la Quincena Musical, aunque su especialidad es el repertorio contemporáneo. En ese sentido, destaca el “tremendo esfuerzo” de unos músicos que en sus dos conciertos de Venecia “no ha rendido al cien por cien, sino al doscientos por cien”. “Interpretar dos programas solo de música contemporánea es algo a lo que están acostumbradas orquestas como la de la Radio Alemana, pero no una de repertorio. Han rendido muy por encima de lo que cabía esperar, y así me lo han dicho varios críticos italianos, algunos amigos míos desde hace tiempo, personas entendidas e importantes que están asombradas con el nivel de la OSE”, confirmó el director de ambos conciertos.

Una opinión similar expresó Ivan Fedele, autor de una de las obras interpretadas por la Sinfónica y director del festival veneciano. “Ha sonado fantástica, excepcional. Me esperaba una buena orquesta pero ha sido excelente”, declaró el compositor italiano, convencido de que el conjunto vasco no tardará en regresar a la Bienal.

El balance es también “muy positivo” para la consejera vasca de Educación, Política Lingüística y Cultura, Cristina Uriarte, y el viceconsejero Joxean Muñoz. “Estar en la Bienal es un hito y un reconocimiento que nos posiciona a un nivel elevado, sobre todo teniendo en cuenta qué supone este festival en el campo de la música contemporánea”, dijo Uriarte, que insistió en el papel de la orquesta como “embajadora de la cultura vasca”. A su juicio, ambos programas han dado un “fabuloso” resultado, tanto el primero con obras de Lazkano, Erkoreka y De Pablo, como el segundo centrado en el proyecto Tesela.

Por último, el nuevo director de la OSE, Oriol Roch, opinó que esta visita a Italia puede servir para “abrir puertas” y dar pasos en la proyección internacional de la orquesta, que debe seguir asentándose en Europa y acercarse a “mercados nuevos” como el asiático. Para ello, consideró esencial la ayuda de patrocinadores privados provenientes, por ejemplo, del sector industrial vasco, que podrían servirse de la Sinfónica como embajadora en países como Japón. Sin embargo, Roch antepuso el “trabajo de cocina en casa” y defendió seguir velando por el “principal activo” de la OSE: sus abonados en las tres capitales vascas y Navarra. “Es algo que tenemos que cuidar y yo espero seguir haciéndolo igual que mis predecesores”, concluyó.