barcelona - Desvergüenza, vanidad, divertimento, terapia... la viñeta autobiográfica es un género que autores como Paco Roca, Juanjo Sáez o Miguel Gallardo, por citar sólo algunos, practican con desenvoltura y éxito en unas obras cuyos personajes se atreven a decir cosas que ellos mismos no soñarían en pronunciar. "En el cómic, si quieres hablar en primera persona acabas por dibujarte, y al dibujarte te conviertes en personaje aunque no seas tú al cien por cien", afirma Paco Roca (Valencia, 1969), autor de las divertidas tiras Memorias de un hombre en pijama protagonizadas por el propio historietista. No obstante, Roca, que estos días se encuentra en el Salón del Cómic de Barcelona, remarca que, si se elige este camino, uno acaba desnudándose demasiado, "más incluso" de lo que debiera.
Con planteamientos de lo más diversos, algunas de las mejores novelas gráficas de los últimos años, tanto nacionales como internacionales, han tenido un claro origen autobiográfico. Ahí están Fun home donde la norteamericana Alison Bechdel lijaba cualquier pátina de pudor para hablar de su entorno familiar; el canadiense Michael Rabaglaiti, presente también en el Salón y que ha dedicado parte de su obra a narrar su niñez y juventud (bajo su alter ego Paul), o ya en España, Miguel Gallardo, con la premiada María y yo, donde aborda la relación con su hija autista, una historia que se convirtió en un documental. "Tengo bastante trayectoria dentro de este estilo porque soy muy aficionado al cuaderno de viaje donde el protagonista soy yo, en la misma onda que Paco (Roca), un personaje que se equivoca y que tiene que ver conmigo, porque soy bastante así, aunque a veces exagero esa parte para que sea un poco más humorística", indica Gallardo (Lleida, 1955).
Quizás uno de los dibujantes que más se asocia con el género autobiográfico en España es Juanjo Sáez (Barcelona, 1972) que ha convertido las reflexiones personales del monigote con el que se representa en marca de la casa. Yo, otro libro egocéntrico o Crisis (de ansiedad) son dos de los álbumes en los que Sáez se abre en canal para exhibir miedos e inquietudes intimas, con un tono que mezcla a la perfección el humor, el pesimismo y la sinceridad para contar, por ejemplo, la depresión sufrida tras la muerte de sus padres. - EFE