Coincidiendo con el Día de la Madre, Ben Harper edita disco. Y no es casualidad. Se titula Childhood home (Universal) y se acompaña de su madre, Ellen, cantante reputada y defensora del folk tradicional de Estados Unidos, y es un desnudo tratado de Americana centrado en las relaciones familiares. Entre pasajes teñidos de melancolía, amor y dolor, la pareja cierra un círculo ansiado. "Mi madre y yo llevábamos toda la vida pensando en un disco juntos", según Ben.
El mulato Harper (California. 1969) es todo un maestro a la hora de confeccionar rock, soul, funk y folk en discos como By my side y Burn to shine. Y otros estilos enfangados en la tradición musical de su país, incluido el blues, como demostró en su reciente asociación con el armonicista Charlie Musselwhite, con la que logró un Grammy por su disco conjunto, Get up!, editado el año pasado.
Harper y su madre han colaborado en la creación de una colección de temas originales y emocionantes que remite a la música que compartieron en casa desde que Harper nació. Ben firma seis y su madre, cuatro. Son fruto de la herencia musical de ambos, concretada físicamente en el Centro y Museo de la Música Folk de Claremont, en California, y que crearon los abuelos maternos de Harper. Fue allí, entre guitarras, bajos, tablas, ukeleles y todo tipo de instrumentos, donde se formó esta familia musical.
Ellen, multi-instrumentista de talento, animó a su propia familia a usar el almacén (que aún dirige) como laboratorio musical. El centro fue un imán para leyendas como Ry Cooder, David Lindley y Taj Mahal, que se convirtieron en una extensión de esta familia, dando clases sobre creatividad y filosofía, que el joven Ben absorbió como una esponja. "Era madre soltera, así que le traía al almacén de música casi cada día después de la escuela, y ayudaba mientras yo trabajaba. Absorbió mucho de aquello", ha explicado Ellen. "Estaba en su entorno, en todas partes, porque yo solía tocar en bandas, y él solía quedar con ellos casi todo el tiempo", apostilla. "Sin esa educación, no creo que estuviera haciendo lo que hago ahora", ha declarado Ben a LA Times.
Childhood home es un disco de música de raíces estadounidenses, acústico y estoico en arreglos. "Está producido como hizo Elvis en sus orígenes", según Harper. Bastan dos voces conjuntadas que se alternan y comparten micrófonos, según las canciones, guitarras acústicas, bajos y percusión, para grabar un disco de música de raíces, pegado a la tierra y alejado del calendario, ya que podría haber sido grabado hace medio siglo. "No hay eléctricidad. Lo van a llamar 'Americana', pero es soul, California, folk, rock...", avanza su autor.
El folk acústico domina el repertorio, que fluctúa entre el tema rítmico que le da titulo, con un solo de guitarra sencillo pero precioso y armonías casi pop que remiten a Simon & Garfunkel, y la desnudez de City of dreams. Esa conjunción armónica de ambas voces preside el CD, que ofrece también detalles soul y una rítmica jazz en la bella Born to love you; cierto aire country en Heavyhearted world y Altar of love; pasajes de pegada pop en Memories of gold; y raíces áridas y secas, como el trabajo en el campo, en Farmer´s daughter.
"Una casa es un hogar incluso cuando hay fantasmas y tienes que huir de los que más quieres", canta Ben en el tema titular del CD. "Nací para amarte", se oye también en el álbum, cuya lírica indaga también en las dudas -"en invierno ella quiere ser bailarina/en primavera una escritora/en verano una pintora/ en otoño la madre de un niño"- y el dolor, el sacrificio y la desesperación de la vida doméstica en Altar of Love, donde ambos cantan "él siempre trabaja hasta tarde, lo que determina su destino/ha encontrado a su media naranja, a su alma gemela/y ahora ella es otra esposa y una madre/sacrificada en el altar del amor".