Traer el alma del taller de cada uno al interior del museo como reflejo no ya de su momento actual de creación sino de dos expresiones diferentes en las formas e incluso en los fondos, aunque con puntos coincidentes en esto último. Artium inaugura hoy dos nuevas exposiciones de los pintores Luis Gordillo y Juan Mieg, nombres propios que necesitan de pocas presentaciones. Sus respectivas trayectorias hablan por sí mismas, igual que lo hacen las obras que hasta el próximo 24 de agosto.

Al igual que sucedió hace un par de años con Juan Luis Zumeta y Carmelo Ortíz de Elgea, el centro de arte contemporáneo se ofrece como espacio de encuentro de ambos artistas y de ellos con el público, una reunión dentro del ciclo En Paralelo que se lleva preparando desde hace año y medio bajo la coordinación de Enrique Martínez Goikoetxea, quien asume que tanto el sevillano como el gasteiztarra no sólo juegan en este caso el papel de creadores sino también de comisarios.

Con sus coincidencias y diferencias, ambos plantean al espectador que no son lo que fueron, sino que, como consecuencia también de su pasado, mantienen hoy una pulsión inagotable. Así se refleja en XXL/XXI, la propuesta de un Gordillo que reconoce su modo de hacer como de "espontaneidad organizada". O en Xuxurlaka, "un título propuesto por el museo y que me parece muy coincidente con lo que hago", según expresa Mieg.

Los nexos de unión se pueden rastrear en que ambos nacieron en los años 30 o en que durante los 60 a los dos les tocó correr riesgos artísticos frente a lo establecido, como recuerda el director de Artium, Daniel Castillejo, más allá de otras coincidencias temporales y espaciales como la que se dio en el 82 con el Bellas Artes de Álava como escenario. Pero, en realidad, poner el acento en lo que les relaciona o les separa no deja de ser algo anecdótico. Lo relevante, en este caso, son las conversaciones que se van a establecer en estos meses desde el espacio de la calle Francia. Ahí está la coincidencia más importante.

En el caso de Gordillo (Premio Nacional de Artes Plásticas, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Premio Velázquez de Artes Plásticas...) la idea, como describe Martínez Goikoetxea, pasa por "trasladar la imagen caleidoscópica de su taller" a la exposición. Se presenta así la pintura como "sismógrafo del alma" para "bajar a las bases, a lo más orgánico, a la esencia de lo humano", como describe el propio autor sevillano, quien se sirve de las nuevas tecnologías (a través, por ejemplo, de la impresión digital) y de la fotografía (aunque este punto no esté presente en la muestra) para componer un camino actual que sigue latente desde el pop, la ironía, el juego, la luminosidad.

En Artium, eso sí, no sólo hablan sus piezas. También lo hace él hoy a partir de las 19.00 horas en una charla que se producirá en el museo y que tendrá mañana, a la misma hora, su segunda parte de la mano de Mieg.

En el caso del gasteiztarra, esa idea de los susurros de los que habla el título de su muestra coinciden a la perfección con una propuesta donde lo formal no tiene interés para el creador "puesto que lo que me interesa es cómo estoy, cómo me encuentro" para, dejando que el inconsciente se sienta libre, generar cuadros sin bocetos ni reglas previas que huyen de lo aprendido, de lo que es mecánico.

Se conforma así un "viaje de ida y vuelta" entre los opuestos, una mirada hacia el interior para conectar con el otro, con un exterior al que no se quiere condicionar ni con títulos ni con dataciones.