gasteiz - En la sociedad adulta actual es habitual que a los adolescentes, por un afán de protección, se les intente apartar de todo aquello que rodea a la muerte, minimizando e incluso privando a los jóvenes de la necesaria e inevitable experiencia del duelo. Así sucede en una época de sus vidas en la que la pérdida (de la niñez, del primer amor, de la inocencia, de...) está a la orden del día. Son lutos, unos más profundos que otros, que en ocasiones no se sabe cómo afrontar ni dentro de las familias ni en las comunidades escolares. Son justo las situaciones que le sirven a la compañía alavesa Pikor para afrontar su nueva producción, un Triple salto que este viernes, a partir de las 20.30 horas y con las entradas por entre 14 y 5 euros, se estrena en el Principal en castellano (la versión en euskera se podrá ver por primera vez el 8 de mayo en el Federico García Lorca).
Especializado como está desde hace años en el público joven, en esos espectadores que parecen quedar en el limbo de las programaciones puesto que escapan a los ciclos escénicos para los más pequeños y para los adultos, el veterano grupo sabe a la perfección cómo tratar este tipo de temáticas en apariencia poco atrayentes para llevarlas al escenario. Un ritmo trepidante, el uso de elementos audiovisuales, un lenguaje cercano y el trabajo con un reparto joven que vive y siente igual que quienes se sientan en el patio de butacas son las claves también de esta propuesta escrita por María Velasco y dirigida por Miguel Olmeda. "Es más, incluso es una obra con momentos divertidos", apunta el co-fundador de Pikor.
Tres meses de trabajo intenso sobre las tablas de los teatros de los centros cívicos de Arriaga y Lakua, cedidos por el Ayuntamiento de Vitoria, se convierten el viernes en una realidad palpable que, como en montajes anteriores, vendrá acompañada por la publicación de diferentes materiales escolares para su uso en los centros educativos, aunque Olmeda apunta que Triple salto es un espectáculo "también para los adultos puesto que, al fin y al cabo, estamos hablando de cuestiones universales".
Eneritz García, Beñat Aristi e Iker Legarda conforman el reparto de una pieza que toma como excusa argumental la muerte en extrañas circunstancias de una adolescente, un hecho que vapulea la realidad cotidiana de quienes rodeaban a la joven. A partir de ahí, la compañía ubicada en Maeztu y nacida hace un cuarto de siglo desarrolla una reflexión sobre el duelo y su superación, al tiempo que, de manera paralela, se afrontan otras circunstancias que en la adolescencia también se identifican con la pérdida y sus consecuencias, sin olvidar cuestiones como los procesos de separación de los progenitores o los cambios de lugar de residencia, que también implican sus propios lutos.
"Tal vez antes, cuando la vida rural tenía más peso, la cuestión de la muerte se trataba con una mayor naturalidad también con los jóvenes. Pero hoy, en nuestra sociedad actual, se tiende a una sobreprotección que mantiene a los adolescentes alejados de circunstancias que más tarde o más temprano, les van a afectar. Cuando eso sucede, nos encontramos con personas que no tienen recursos para afrontar lo que sucede, dándose decepciones de fracaso, decepción... tendiendo a veces a reacciones viscerales, incluso violentas", apunta Olmeda. "Ahí hemos encontrado un filón muy interesante para nosotros, aún sabiendo que era todo un reto cómo plantear la temática y que el resultado fuese atractivo puesto que la mayor parte del público joven considera que el teatro es un tostón".
Un ritmo sin descanso "en el que incluso hemos puesto a los actores a cantar y bailar", el propio texto de Velasco, el uso de elementos audiovisuales y la propia experiencia de Pikor con otros temas espinosos con respecto a la adolescencia (como el acoso escolar) contribuyen a componer este Triple Salto cuyo estreno Pikor afronta con ilusión pero también con nervios.
Ahora sólo falta conocer las primeras reacciones de un público que, además, en el más cercano, el de casa, unas sensaciones que se empezarán a desvelar este viernes en un Principal que tiene entradas a la venta en sus distintos niveles. Una cita en la que no habrá duelos ni pérdidas, sino una nueva ganancia para la compañía alavesa.