vitoria. El Ayuntamiento de Vitoria ha recibido un toque de la Dirección de Juegos y Espectáculos del Gobierno Vasco. Si la organización del Festival de Jazz quiere seguir celebrando sus conciertos más importantes en el vetusto pabellón de Mendizorroza habrá que acometer una importante inversión para que el recinto pueda acoger a más de 700 personas sin generar riesgos innecesarios. Ya el año pasado se le comunicó al Consistorio que había que acondicionar más baños, actualizar el plan de emergencias y realizar obras en un almacén. El pasado viernes hubo más exigencias. El Ayuntamiento tiene que instalar un sistema automatizado de extracción de humos, implantar nuevas vías de evacuación en los cuatro vértices del pabellón y colocar un ascensor.
Demasiada inversión para un Consistorio que cuenta con otra instalación, infrautilizada, en la que ofrecer conciertos, el Iradier Arena. Por ello, ayer el concejal de Servicios a la Ciudadanía, Alfredo Iturricha, apostó por llevar el festival a este emplazamiento, a pesar de su pésima acústica. Eso sí, hablaba "en el terreno de la especulación", y en ningún caso pensando en 2014. Así, el equipo de gobierno va a tratar de negociar con el Ejecutivo Vasco para buscar un acuerdo que permita celebrar el evento, como viene ocurriendo desde hace más de tres décadas, en Mendizorroza.
En lo que se refiere a la postura del Festival de Jazz de Vitoria, que a pesar de la crisis en este 2014 va a poder recuperar uno de los dos días que ha perdido en estos últimos tiempos por los ajustes, prefirió ayer no entrar en demasiadas polémicas y se limitó a recordar una postura que viene manteniendo desde la apertura de la nueva plaza de toros, es decir, que el coso, como ha demostrado la experiencia, no puede ofrecer, por muchos arreglos que se intenten, unas condiciones acústicas mínimas, ni siquiera aunque el techo esté retirado.