Las tarjetas de presentación no se venden, se regalan puesto que la intención es que cada vez te conozca más gente. Por eso, dicen, su primer disco no tiene precio. Bueno, mejor dicho, sí lo tiene, pero Disolventex no se lo va a reclamar al público. Carne para los leones ya ha subido su particular e imaginario telón y presenta a Peio (batería y voz), Sergio (guitarra y voz) y Javi (bajo y voz) como los maestros de ceremonia de un circo que esta vez tiene doce pistas, aunque casi habría que hablar de una decimotercera que no suena pero sí se ve.
Ninguno de los tres es un novato en esto. Otras formaciones como Sálvate si Puedes, Latex y Oxidados, por ejemplo, ya les conocen. Peio y Javi llevan en Disolventex desde el nacimiento del grupo gasteiztarra en 2007, Sergio llegó un poco después. Y fue a lo largo del año pasado cuando el CD fue tomando cuerpo, sin prisa pero sin pausa y siempre bajo la misma filosofía: hazlo tú mismo. Bueno, y con la colaboración de no pocos amigos.
La primera de ellas se produjo con Javi Peke, de Segismundo Toxicómano. "Peio, nuestro batería, tiene un estudio analógico y Peke andaba trasteando con la grabación digital y les dijimos: ¿y si andáis entre los dos y aprendéis el uno de lo otro?", apunta el bajista Javi. Dicho y hecho. "Ha sido todo un acierto hacerlo así porque al final hemos conseguido justo el sonido que queríamos. Hemos ido con tiempo, paso a paso, y entre Peio y Peke también han ido probando cosas, investigando, sumando. Había muchas cuestiones que no sabíamos ninguno y el disco nos ha servido también de camino de aprendizaje".
Grabado, mezclado y masterizado en los estudios Nakatone de Gasteiz, Carne para los leones recoge "doce momentos", historias como Ya estaré lejos, Tu estrella, Perr@ rabios@, Revólver, Páginas negras o Malviviendo donde el punk rock áspero y crudo de los alaveses se mueve sin problemas. Y lo hace también con la compañía de Placi (de los mencionados Segismundo Toxicómano), de Laura La Txunti (casi una componente más del trío en más de un concierto), Irantzu Gilda y Ritxo (Koxkor).
Claro que no todas las colaboraciones tienen el sonido como consecuencia en este disco. Para nada. Porque cualquiera que en un momento dado tenga Carne para los leones entre las manos, se encontrará con un diseño particular del desplegable informativo del CD, una reproducción del gran mural que en Uritiasolo crearon a golpe de graffiti Lillo, Vato y Bayer. Partiendo de la canción El mundo animal, que abre el álbum, se pintó este circo que ocupa 30 metros de lado a lado y que se encuentra en el espacio donde se reúnen los componentes de Skate Bolinga. A esto hubo que sumar las fotografías tomadas por Javier Ruiz, otro amigo cercano que quiso sumar.
De hecho, gracias a todas estas aportaciones voluntarias el coste del disco se ha dejado casi en lo que cuesta fabricarlo. "Es gente con talento que tenemos alrededor y con la que podemos contar, así que nos hemos aprovechado de ellos y ellas, que lo han hecho de mil amores". De ahí que el grupo, bajo esa idea de usar el CD como invitación al público para entrar en la música de Disolventex, no quiera cobrar a la gente que acuda a los conciertos por llevarse el álbum (la primera actuación tuvo lugar el pasado día 5 en la sala Ibu Hots). Con todo, el trío tiene claro que sus canciones tienen que gustar, en primer lugar, a la banda. "La música es algo muy subjetivo, pero con que alguien se ponga los temas en casa y se le mueva un poco la pierna al escucharlas, o se sienta identificado con cualquiera de las letras, o quiera oírlas cuando esté rabioso con el mundo, ya vale. Es el gran objetivo", comenta el bajista.
Así el disco es ya toda una realidad y los conciertos están en marcha. De hecho, las próximas paradas de Disolventex serán Navarrete (1 de febrero), la sala Edaska de Barakaldo (22 de febrero)... "Pero nada de tocar todos los fines de semana", ríe Javi.