Hace ahora cien años se publicaba la primera de las siete partes de una de las novelas más importantes de la literatura francesa y universal, À la recherche du temps perdu, una fecha que ya se está aprovechando para volver a reeditar la creación de Marcel Proust tanto en su lengua original como en otras traducciones. Sin embargo, tampoco hay que engañarse, no es nada fácil en Vitoria encontrar libros escritos en francés, ya sean cuentos, relatos, ensayos, ficción. Aún así hay quien no pierde la página, aunque haya que acudir en ocasión, como hace Félix Lasagabaster, a Baiona a reponer la biblioteca personal.

Sin embargo, su inquietud quiere ir más allá. Forma parte ya de los clubs o talleres de lectura tanto de euskera (que coordina Iban Zaldua) como de castellano (Ana Arregi) que se realizan cada curso en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Y son esas dos citas las que quiere tomar como referentes para crear un nuevo punto de encuentro sobre la literatura francesa. "El tema es matar dos pájaros de un tiro: hablar de literatura francesa y hacerlo en francés", explica.

Pero el proyecto está dando los primeros pasos. De hecho, todavía no ha tenido ni oportunidad de compartir su idea con Zaldua o Arregi para buscar consejo de cara a poner en marcha una empresa para la que, eso sí, piensa que puede encontrar compañeros de viaje. "Estoy convencido de que tiene que haber ocho o diez personas interesadas y que puedo reunirlas para hacer esto posible; mi intención hasta final de año es sondear un poco, ver el interés y a partir ir viendo cómo construimos el club entre todos". "En el grupo de euskera, por ejemplo, hay traductores, escritores, poetas... y mucha gente joven y si pudiéramos conseguir algo así sería ideal".

De momento, su puerta está abierta. Busca cómplices que le quieran ayudar y aunque por el boca a boca ya está empezando a construir esa red, invita a los interesados a ponerse en contacto con él en el teléfono 945 23 28 65 o en la dirección de correo felixin48@hotmail.com.

"Leo en francés pero luego me quedo muchas veces con las ganas de compartir. Es muy curioso ver cómo un libro que te ha parecido cojonudo a otro no le da para tanto o el de allí piensa que lo que tienes entre las manos es literatura de Segunda División. Es la subjetividad la que entra en juego" en estos puntos de encuentro que aunque obligan a una disciplina que a Lasagabaster no le gusta del todo, sí suponen una oportunidad para compartir y aprender, e incluso, como sucede en los talleres ya existentes en Ignacio Aldecoa, conocer de primera mano a autores vivos.

Pero eso para el proyecto de Lasagabaster es todavía correr demasiado. Él ha puesto la primera piedra pero faltan muchas más. Máxime cuando delante se encuentra un universo tan amplio como el de la literatura francesa. "Aunque si la dificultad es por dónde empezar, es un problema relativo porque se puede solucionar simplemente recurriendo a una revista como Magazine litteraire, que tiene información sobre las novedades del mercado pero también un dossier que en cada ocasión se dedica a un autor o a un concepto como, no sé, la tristeza". Y a partir de ahí...