Que no sea percibido sólo como algo propio de los campeonatos, las exhibiciones más o menos habituales, o como algo a aprender sólo dentro de las ya veteranas bertso-eskolas alavesas. Que sea algo compartido, habitual, una vivencia cultural más, cercana y entretenida. Desde hace ya tiempo, con diversas iniciativas, la Asociación de Bertsolaris de Álava viene trabajando de manera intensa en poner en marcha diferentes propuestas que sirvan para darle la vuelta a la imagen preconcebida que algunos pueden tener sobre el arte oral de la improvisación en euskera.
En ese camino, la agrupación alavesa está sumando ahora dos iniciativas impulsadas tanto en los euskaltegis del territorio como en las bibliotecas municipales de Gasteiz, fórmulas para "hacer llegar el bertsolarismo, dar a conocer de primera mano qué significa, cómo se realiza, el ambiente general en el que lo vivimos... son acercamientos tanto a la cultura como al euskera", apunta Ekaitz Elorriaga, presidente desde el año pasado de la asociación alavesa.
En el caso de las bibliotecas cuya tutela es del Ayuntamiento de Vitoria, el programa diseñado arrancó ayer y se desarrollará por diferentes puntos de la ciudad hasta diciembre. Se trata de seis actividades, estando la mitad de ellas dedicadas a los más jóvenes. Cuentacuentos, conciertos, espectáculos narrativos... se van a ir dando el relevo tras el punto de partida vivido ayer en Ariznabarra.
El Iradier Arena, donde este fin de semana tendrá lugar la quinta edición del mercado de trueque de libros, será la próxima parada de la campaña con el concierto que el domingo se ofrecerá a las 12.30 horas (Bata-batean, munduko musikekin bertsotan). A partir de ahí se seguirá camino por Judimendi (el 13 de noviembre con un cuentacuentos), Iparralde (el 25 de noviembre con una cita especial sobre el bertso en femenino en la que tomarán parte Oihane Perea y Uxue Alberdi), Aldabe (3 de diciembre con la representación de 3, 2, zast? egizu jolas!) e Ibaiondo (11 de diciembre con la presentación, a cargo de Xabier Amuriza y Jon Maia de su Mende baten aldarriak).
"Llevamos tiempo trabajando en colaboración con diferentes bibliotecas y casas de cultura, pero este programa supone también probar diferentes formatos", apunta el máximo representante de la asociación, que tiene claro que gran parte de estas propuestas van encaminadas a los más pequeños también por el hecho de que en muchas ocasiones el aprendizaje del euskera no se traslada a su uso diario fuera del aula.
Esa visión del idioma como una herramienta de comunicación institucional y no como un vehículo para la cultura también se encuentra dentro de algunas clases de los euskaltegis. "Que aprendas euskera no significa que conozcas sus expresiones culturales", señala Elorriaga. De ahí, el trabajo que la agrupación hace también en estos espacios donde los adultos se forman.
Ya ha habido experiencias anteriores y la asociación alavesa quiere seguir creciendo en este programa divulgativo. Se acude a cada centro y se ofrece "algo así como un curso avanzado de bertso-eskola", encuentros en los que "a veces te encuentras con gente que sabe más de bertsolarismo de lo que se piensa", pero también con personas que creen "que lo que hace un bertsolari es más complicado de lo que tenían entendido".
Además, estas invitaciones a conocer de primera mano los mecanismos de la improvisación oral son también una "manera más de euskaldunizar", de profundizar en un idioma cuyo aprendizaje no tiene que servir sólo para conseguir un determinado perfil que presentar de cara al mercado laboral.