berlín. A un escándalo le suele seguir el número uno en las listas de singles en Estados Unidos: Miley Cyrus quiere repetir ahora con su nuevo álbum Bangerz lo que funcionó con el single Wrecking Ball y para ello contará con la ayuda de otra exestrella de Disney. Mucho se ha escrito últimamente sobre Cyrus, sobre su estilo punk salvaje y sobre sus actuaciones que han desatado el escándalo; sobre el fin de su compromiso o sobre el último vídeo musical en el que aparece ligera de ropa. Con su nuevo disco Bangerz, la que fuera estrella adolescente de Disney tendrá que mostrar ahora si es algo más que una mera estrategia de marketing basada en la provocación y el "sexo vende" que llena las páginas de la prensa rosa.
Bangerz, que se lanza mundialmente a partir de mañana, es el tercer álbum de la joven de 20 años tras su carrera como la estrella de Disney Hannah Montana. Y al mismo tiempo es el primero tras la transformación de la dulce Smiley Miley en la rubia Femme fatale. Y Cyrus no quiere perder terreno. Cyrus promete un pequeño espectáculo de fuegos artificiales del pop: "Nada como Bangerz", tuiteó la cantante semanas antes de la publicación del álbum. "Intento sentar un nuevo estándar para la música pop", dijo recientemente en declaraciones a la edición estadounidense de la revista musical Rolling Stone. Con fuerza llegó para preparar el terreno el single Wrecking Ball, cargado de emociones aunque algo soso. Sin embargo, Cyrus alcanzó con el tema el número uno de las listas de ventas en Estados Unidos, algo relacionado probablemente con el videoclip en el que se columpia desnuda en una bola de demolición y lame lascivamente un martillo a dos manos. El escándalo se tradujo en millones de clicks en internet y las cifras de ventas subieron como la espuma. De ahí que las perspectivas sean también buenas para Bangerz. El tema central del álbum vuelve a ser el amor y sobre todo, el dolor por amor. Quizá algo tengan que ver algunos textos con su separación del actor Liam Hemsworth, de 23 años, conocida recientemente.