GASTEIZ. En 2014, la Escuela de Artes y Oficios cumplirá 240 años de historia, un lago camino repleto de vicisitudes, cambios, desdoblamientos, formación... y no pocas crisis económicas. Pero parece que la actual le puede servir al patronato del centro, en manos de las instituciones, como la excusa perfecta para echar el cierre. El presupuesto está asegurado para el curso que ya está en marcha, pero nada más. No hay ninguna decisión tomada, pero reuniones como la que tuvo lugar a principios del pasado mes de julio dejan claro que el futuro de este referente de la ciudad con casi un millar de personas matriculadas está más que en el aire.
De lo paupérrimo de su situación, y este periódico lo ha contado en más de una ocasión, habla un activo programa de exposiciones que ayer puso en marcha una nueva temporada, otra vez con un presupuesto de cero euros. Sólo la Fundación Amárica aporta una pequeña pero importante cantidad para pagar la cartelería que se lleva a cabo sobre las muestras. Pero esa situación no puede con el ánimo de profesores y alumnos, dispuestos a no resignarse.
Y como el movimiento se demuestra andando, las tres primeras muestras de este curso ya están a la espera de encontrarse con el público hasta el 1 de noviembre, aunque sumando una cuarta propuesta que ocupa el paraninfo y que permanecerá abierta hasta finales de año. En este último caso, se trata del homenaje que el centro quiere realizar al artista y profesor José Antonio Pérez de Arenaza, fallecido hace ocho meses. De entre los fondos que custodia su familia, su mujer e hijos han realizado una selección de obras que quieren mostrar el amplio abanico de técnicas y temáticas que trató desde los inicios de una carrera que aunque se cruzó con los espectadores en alguna exposición colectiva nunca lo hizo a través de una muestra individual.
En lo que se refiere a los espacios habituales de exposición de la escuela, el lugar que se suele reservar para los artistas invitados corresponde en esta ocasión a Isidro Lázaro y su Conversacionesconmigomismo. Un interminable mural de fotografías, que se completa con el ruido constante de un motor de ventilador, retrata ese momento en el que cada uno le da vueltas a la vida, cuando toca decidir aunque tal vez no se sepa decidir muy bien el qué.
Justo al lado, tres pantallas sirven de ventanas a distintas propuestas de vídeo realizadas por alumnos tanto de Artes y Oficios como de la Universidad del País Vasco y del CFC de Bilbao. En 2,40 cantan 3 busca ser un punto de encuentro entre lo propio y lo externo para el aprendizaje conjunto, el intercambio de ideas y el establecimiento de redes. Además, a la exposición le acompañará a lo largo de las próximas semanas una serie de conferencias por parte de los tres centros participantes en esta colectiva.
Completa el arranque de esta temporada expositiva, Mikel Moraza y su El fondo de la forma. Cuatro rotuladores con otros tantos colores básicos y la referencia de algo más de una decena de pintores que, por distintos motivos, le son cercanos son los elementos que le sirven al creador para presentar esta serie de retratos, guiños a quienes son su influencia a la hora de enfrentarse a la obra.
Junto a estas tres propuestas y al homenaje expositivo del paraninfo, Artes y Oficios arranca un curso que en el que la única celebración posible de los 240 años es poder llegar a contar que se cumplen 241.