No es, ni mucho menos, la primera vez que Hasier Oleaga o Raúl Romo se meten en un estudio de grabación, pero sí su debut juntos desde que decidieron, dentro de sus diferentes proyectos musicales, poner en marcha el dúo Maracas para Dos. A ese estreno, eso sí, habrá que sumar otro aliciente, la presencia en el estudio de aquellos que quieran ayudar a financiar el álbum. Es más, tendrán la oportunidad también de añadir, además de sus euros, sus voces.

Antes de que la palabra crisis se hiciese habitual en el diccionario del día a día, otro concepto de origen extranjero como el crowdfunding se coló con fuerza dentro de la cultura. La idea es sencilla y es repetida de forma habitual en distintas disciplinas: pequeñas pero numerosas aportaciones particulares que hacen posible que, con muy poco puesto por muchos, se haga realidad un determinado proyecto. La fórmula está hoy muy extendida, máxime con la situación económica actual como contexto.

Eso sí, dependiendo el caso, hay quien se pone más o menos creativo en lo que se refiere a la participación de los interesados o en las ventajas que consiguen a partir de su aportación monetaria. En este caso, Oleaga y Romo solicitan 35 euros. A cambio, ofertan dos copias del CD cuando esté terminado y que el nombre del mecenas aparezca en el diseño del disco. Hasta aquí, a grandes rasgos, lo que suelen aportar todos los grupos que acuden a esta herramienta.

Pero cualquiera que conozca las ocurrencias que tanto Oleaga como Romo suelen tener, ellos dan un paso más que no es tan habitual. A los que quieran financiar el proyecto, y ya hay algunos interesados, Maracas para Dos se los llevará el día 20 de este mes recién iniciado al estudio, ubicado en Álava, escogido para la ocasión. Allí, los mecenas no sólo serán testigos de como se da fondo y forma al primer disco del grupo, sino que en algún momento, si quieren, podrán aportar también sus voces en algún tema (se puede pedir más información sobre cómo realizar el pago del dinero y las ventajas que ello conlleva en maracasparados@gmail.com).

Son unos cuantos los que dentro y fuera del País Vasco se han podido encontrar ya con el grupo y su mezcla de jazz y funky, todo ello aderezado con grandes dosis de diversión. Claro que, hasta el momento, eso se ha producido sólo en conciertos, un camino al que ahora se unirá la publicación del primer disco del grupo que también sirva para difundir más su sonido. Se espera, si las previsiones se cumplen como deben, que para diciembre el CD sea una realidad palpable por todos, aunque los primeros en tenerlo entre las manos serán aquellos que tomen parte en la financiación colectiva puesta en marcha.

Tanto en solitario como en otras formaciones o realizando distintas colaboraciones, Oleaga y Romo cuentan con dos trayectorias con poco espacio para el aburrimiento, habiendo actuado, además, en escenarios y festivales de jazz estatales e internacionales. Eso sí, en este proyecto conjunto la senda compartida es algo más corta e intermitente, lo que no quiere decir que sea menos valorada por sus integrantes. Ni mucho menos. En la capital alavesa, donde reside Romo y Oleaga pasó tantos años, lo han demostrado más de una vez.