DONOSTIA. La edición número 61 del Zinemaldia que empieza mañana estará marcada por la sobriedad, aunque cuenta con dos premios Donostia de relumbrón: Hugh Jackman y Carmen Maura, y con nombres en competición como los de Atom Egoyan, Bertrand Tavernier o Manuel Martín Cuenca.
Tanto uno como otra llegan a Donostia rodeados del peso que otorga estrenar una película, en el caso de la española, la esperadísima Las brujas de Zugarramurdi, en la que Maura tiene un papel estelar que retrotrae al público a los mejores momentos de la actriz, y en el caso del polifacético australiano, Prisoners, un drama en el que Lobezno pelea por salvar a su familia.
El bilbaino Álex de la Iglesia exhibirá fuera de concurso su décimo largometraje, mientras que al responsable de Prisoners, Denis Villeneuve, se le ha reservado un hueco entre las proyecciones especiales, pues compite en la Sección Oficial con Enemy, una coproducción hispanocanadiense con Jake Gyllenhaal.
La contienda estará este año marcada por las propuestas de los incombustibles Atom Egoyan y Bernard Tavernier quienes tendrán que vérselas, con Devil's Knot y Quay D'Orsay, respectivamente, y con el debutante Fernando Franco, muy bien colocado en la parrilla de salida, con La herida. Y con Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, que acaba de cosechar aplausos en Toronto.
Ambas opciones, dolorosísimas visiones del interior del ser humano, tendrán que luchar por la Concha de Oro con otro español, David Trueba, que presenta Vivir es fácil con los ojos cerrados, una apuesta sesentera y dulce con música de los Beatles.
Austria llega de la mano del nominado al Óscar Götz Spielman con Octubre, noviembre y Bosnia Herzegovina con For those who can tell no tales, de Jasmila Zbanic.
Una selección "bastante variada", en opinión del director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, quien reconoce la evidente ausencia del cine asiático, por primera vez en el festival -"no queremos traer una película asiática que no nos guste solo para cubrir cuotas", aclara-, y que rechaza el calificativo de "convencional" para la selección de 2013. "A veces lo que parece más radical se convierte en convencional", dice. "Probablemente sea una Sección Oficial más de público, pero con muchísima calidad. Hay películas que van a funcionar muy bien en taquilla, como la de Roger Mitchell (Le Week-end), que a mí me parece un peliculón o la de Nicole Kidman (Un largo viaje) que acaba de pasar por Toronto con muy buenas críticas", añade.
Al lado, apunta Rebordinos, el mexicano Fernando Eimbcke, que compite con Club Sandwich y siempre "busca nuevas formas de contar" con un cine que "no es fácil", y otras que llenan los "espacios de riesgo" en el Festival y requieren más esfuerzo del público. Pelo malo, coproducción Venezuela-Perú-Alemania que presenta la barquisimetana Mariana Rondón, ganadora de Cine en Construcción 23, y Mon âme par toi guérie, del francés François Dupeyron (El señor Ibrahim y las flores del Corán) completan el abanico.
Una pelea que habrá de decidir el jurado presidido por Todd Haynes e integrado por Mariela Besuievsky; Cesc Gay; el músico David Byrne y los actores Diego Luna, Paulina García y Valeria Bruni.
Pero si hay una apuesta para este 2013 es la industria y la coproducción; y como muestra, la exitosa cinta de animación en 3D Futbolín, del ganador de un Óscar Juan José Campanella, seleccionada para la inauguración, fuera de competición.
Mientras, las Perlas acapararán muchas miradas inquietas: del japonés Hirokazu Kore-eda, que vuelve a San Sebastián para presentar Like Father, Like Son, al curioso experimento que es La mirada del amor, de Arie Posin, con Annett Bening y un Ed Harris duplicado, o Gravity, de Alfonso Cuarón.
Sin olvidar la presentación en el Velódromo de la familiar Zipi y Zape. El club de la canica, el FIPRESCI de este año, La vie d'Adele, de Abdellatif Kechiche, o la nueva apuesta del Festival por otro tipo de cine: el Savage Cinema donde el glamour se transforma en la naturaleza más salvaje.